
El Palacio de Miraflores en Caracas, Venezuela, fue escenario este viernes de un "encuentro de oración por la paz", donde el líder venezolano Nicolás Maduro recibió a un nutrido grupo de pastores, apóstoles y profetas cristianos evangélicos. El evento, desarrollado en el emblemático Salón Simón Bolívar, se centró en oraciones por la nación y mensajes de fe.
El encuentro contó con la participación de varias figuras eclesiásticas. El apóstol Rogelio Suárez tomó la palabra para declarar que Venezuela es un "territorio de paz" y no de guerra. En su oración, bendijo a los gobernantes y afirmó que "no hay espíritu inmundo... que pueda maldecir Venezuela", sino que el "reino de Jesucristo es lo que se va a manifestar".
Uno de los momentos centrales fue la intervención del profeta David Edward Uiji, originario de Kenia. El profeta compartió una visión que, según dijo, recibió el pasado 2 de noviembre sobre una "tensión" en el Mar Caribe. Uiji describió haber visto "un submarino de los Estados Unidos" que se acercó a la orilla, al que describió como un "perro muy gigantesco". Tras esto, el profeta decretó: "este peligro ahora ya se fue... El Señor ya lo echó".
Maduro, quien llegó al evento junto a su esposa, Cilia Flores, saludó efusivamente al profeta Uiji. Posteriormente, el profeta puso su mano sobre Maduro y decretó "salud y fortaleza" sobre él y "victoria victoria victoria" sobre la nación. Asimismo, el pastor principal de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana oró pidiendo "sabiduría estratégica" para Maduro como comandante.
En su discurso, Maduro agradeció la presencia de los líderes religiosos y recordó que el 16 de junio de 2024 "entregamos nuestra nación a nuestro Señor Jesucristo". También celebró el 18º aniversario de la creación de la "orden de pastores cristianos evangélicos oficialmente en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana".
El líder venezolano dedicó una parte importante de su mensaje a los cristianos en Estados Unidos. Hizo un llamado para "que suenen las campanas pero de la paz y no los tambores de la guerra". Pidió: "unámonos en Cristo para que reine la paz, el entendimiento, la concordia, no el odio". Cuestionó: "¿o es que nuestro Señor Jesucristo vino a pregonar la guerra?", y recordó cómo Jesús "sacó con el látigo en la mano a los mercaderes del templo" como un mensaje de justicia.
"Lanzamos nuestro mensaje desde Venezuela a los cristianos de Estados Unidos, a los cristianos de nuestra América, que llevemos el estandarte de la paz, la armonía, el perdón, la misericordia grande del Señor", expresó Maduro durante el evento, que fue transmitido por el canal estatal VTV.
Maduro concluyó agradeciendo las oraciones, afirmando sentirse "reenergizado" y "fortalecido en mi fe", y calificó el vínculo con los pastores como una "unión sagrada".
La petición de Maduro se produce en un momento de máxima tensión entre Caracas y Washington. El gobierno venezolano ha denunciado repetidamente un despliegue militar de Estados Unidos en el mar Caribe, calificado por el Pentágono como la operación 'Lanza del sur' (Southern Spear) destinada a combatir el narcotráfico, pero que Caracas interpreta como una "amenaza" directa a su soberanía y una forma de presión de la administración de Donald Trump.
Este acercamiento se produce en medio de una controversial estrategia del gobierno de Maduro para, según críticos, consolidar su legitimidad y captar el apoyo del sector evangélico.
Como ha informado Diario Cristiano Internacional, a inicios de este año el régimen convocó a líderes para discutir un cambio en el estatus legal de las iglesias y la creación de un "Colegio de la Iglesia Evangélica". Paralelamente, el gobierno ha promovido la labor evangelística en las cárceles mediante un acuerdo con el Ministerio de Servicio Penitenciario y ha declarado la "Marcha para Jesús" como Patrimonio Inmaterial de la nación.
Estas acciones han generado una notable división y escepticismo. El Consejo Evangélico de Venezuela (CEV) reaccionó a las convocatorias reafirmando su compromiso con la separación entre la Iglesia y el Estado, advirtiendo contra las "imposiciones" o el control estatal.
Por otro lado, el exdirector de la "Marcha para Jesús", Aristóteles López, denunció la medida patrimonial como una "gran estafa" para el control político del evento. Además, la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) ha acusado al gobierno de utilizar el programa carcelario para el "adoctrinamiento evangélico" forzado de presos políticos.





