Montevideo, Uruguay — Con una mezcla de humor, firmeza bíblica y urgencia espiritual, Chris Swanson, director de Cruzadas y Desarrollo para América Latina de la Asociación Evangelística Billy Graham (BGEA, por sus siglas en inglés), encendió al auditorio del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia con una exhortación clara: “La batalla que estamos enfrentando hoy no es cultural, es espiritual”.
La BGEA es una organización fundada por el reverendo Billy Graham, uno de los evangelistas más influyentes del siglo XX, con el propósito de proclamar el Evangelio de Jesucristo por todos los medios posibles. Con más de siete décadas de trayectoria, la asociación mantiene un legado activo de evangelismo global, formación pastoral y respuesta a crisis a través de eventos y medios.
Swanson, criado en Argentina y casado por más de tres décadas y con tres hijos adoptivos, compartió su experiencia pastoral y misionera para invitar a los asistentes a comprender que las discusiones sobre vida, familia y fe no son meras batallas políticas. “La cultura es el campo de batalla, pero la guerra es espiritual y comienza en las regiones celestiales”, dijo, citando Efesios 6:12.
“No se olviden de orar con expectativa”
Basándose en Hechos 12, Swanson recordó la historia del encarcelamiento de Pedro y cómo la iglesia primitiva respondió con oración constante y ferviente. Subrayó que muchas veces los cristianos han dejado la oración como última opción en lugar de convertirla en su primera reacción.
“La iglesia oraba fervientemente. Esa palabra en griego, ‘ektenōs’, significa estirar el músculo hasta el límite. Así es como debemos orar por nuestras naciones y nuestras familias”, afirmó. En tono pastoral, advirtió que la oración sin expectativa puede ser estéril. “Oramos, pero no creemos que algo realmente vaya a pasar. Pedro tocaba la puerta, y los que oraban no lo creían. Dios quiere que oremos con fe y preparación para el milagro”.
“Es hora de vestirse y calzarse”
Retomando el relato bíblico, Swanson comparó el llamado del ángel a Pedro —“Levántate y vístete”— con el llamado actual a la iglesia: “Es tiempo de acción. Ya no podemos seguir dormidos. Dios está despertando a su pueblo con palmadas en el costado, como hizo con Pedro en la cárcel”.
Dirigiéndose a líderes, parlamentarios y pastores presentes en el Congreso, Swanson fue enfático: “Estamos aquí porque ya estamos haciendo algo. Pero tal vez Dios nos está diciendo que hagamos más. Los días son cortos, Jesús viene pronto y hay mucho por hacer”.
También advirtió contra el activismo sin fundamento bíblico: “Nuestras convicciones deben nacer de la Palabra de Dios. Él no va a proteger ni bendecir lo que no viene de Él. No basta con buenas intenciones o con la opinión popular. Lo que defendemos debe ser verdad revelada”.
Evangelismo como eje central de la misión
Como representante de la Asociación Evangelística Billy Graham, Swanson insistió en que todo el accionar cristiano, incluyendo el político, debe apuntar al cumplimiento de la Gran Comisión. “Todo tiene que ver con el Evangelio. No lo digo porque trabajo para la BGEA, lo digo porque es la verdad. Mientras estás en el Parlamento, en un café o en una entrevista, haz discípulos”.
Llamó a los presentes a recuperar la perspectiva espiritual de la vida pública: “No estamos luchando contra personas. No es contra la cultura. Nuestra lucha es contra las fuerzas espirituales del mal. Si olvidamos eso, perdemos el enfoque y el poder”.
Montevideo como epicentro de una visión continental
El Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia, que se celebra esta semana en Montevideo, ha reunido a parlamentarios, activistas y líderes de más de 15 países, con el objetivo de consolidar una agenda de cooperación regional en defensa de los valores bíblicos. Desde su apertura, el evento ha estado marcado por llamados a la unidad, la oración estratégica y la formación de nuevas generaciones de líderes con una cosmovisión cristiana.
Swanson concluyó su participación con una exhortación directa: “Ocúpate de proclamar a Jesús y solo a Él como el camino, la verdad y la vida. El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen. Nuestra misión no cambia porque Dios sigue siendo soberano”.
