
Las elecciones generales celebradas este domingo en Honduras estuvieron acompañadas por una intensa movilización de la comunidad evangélica, que se propuso votar temprano y masivamente.
En entrevistas exclusivas concedidas a Diario Cristiano, Gerardo Irías, presidente de la Confraternidad Evangélica de Honduras (CEH), y Mario Banegas, presidente de la Asociación de Pastores de Tegucigalpa, coincidieron en que el proceso marcó un punto de inflexión para la participación cívica y espiritual del país.
Al momento de la publicación de éste artículo, el Consejo Nacional Electoral de Honduras anunció la detención de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares, mientras el escrutinio estaba al 57 % y mostraba un empate técnico entre Nasry Asfura (39,91 %) y Salvador Nasralla (39,89 %), separados por apenas 515 votos.
Para Gerardo Irías, la jornada electoral ya representó un triunfo para la Iglesia. “La Iglesia jugó uno de los papeles más importantes como nunca en la historia. En este momento ya ganamos porque el propósito era que Honduras fuera libre de una izquierda”, expresó.
Según afirmó, cerca del 90% de las congregaciones cerraron sus templos el domingo para priorizar la votación. Esta decisión, sumada a semanas de preparación espiritual, habría influido directamente en el resultado ajustado entre los candidatos presidenciales. Irías sostiene que cualquiera de los aspirantes finalistas representa un escenario favorable siempre que se respeten la libertad religiosa y los valores bíblicos.

Consultado sobre el impacto de actores externos —en especial el respaldo público del expresidente estadounidense Donald Trump a uno de los candidatos—, el dirigente evangélico no dudó: “Los números estaban dados, la Iglesia estaba convencida, segura, no tenía ni una mija de duda”. De acuerdo con su evaluación, los mensajes internacionales “solo inyectan esperanza”, pero no determinan el criterio espiritual y ciudadano de los votantes hondureños.
Desde una perspectiva similar, pero con énfasis en la preparación espiritual, Mario Banegas describió la contienda electoral como la culminación de meses de oración y trabajo comunitario.
“Entendimos que era una lucha espiritual muy fuerte”, afirmó. Relató que cientos de congregaciones se organizaron para orar desde las dos de la mañana, realizar vigilias, ayunos y coordinar redes de apoyo. Según sus estimaciones, la Iglesia desplegó alrededor de 36.000 colaboradores en centros de votación, combinando acreditaciones oficiales y observadores voluntarios.
Banegas explicó que la motivación era clara: movilizar a los fieles para ejercer el derecho democrático. “Mandamos un llamado a todas las iglesias para que cerraran y salieran tempranito a votar. El 90% de la iglesia salió”, indicó.
A su juicio, los evangélicos representan unos 2,3 millones de votantes, un caudal que, sumado a la organización previa, habría tenido un impacto decisivo en la tendencia electoral.
Ambos líderes evangélicos se mostraron cautos ante la definición final del escrutinio, pero coincidieron en un horizonte de reconciliación.
Irías anticipó que, tras el resultado oficial, buscarán bendecir públicamente al nuevo mandatario “como hicimos con ambos candidatos antes de las elecciones”.
Banegas, en tanto, pidió un gesto de unidad: que el candidato derrotado “levante la mano al vencedor por la democracia, por la paz del país”.

En un análisis exhaustivo sobre el reciente proceso electoral en Honduras, el pastor Roy Santos, líder del Ministerio Manantial de la Mies, también ofreció declaraciones exclusivas para Diario Cristiano Internacional, describiendo los resultados preliminares no solo como un cambio administrativo, sino como una intervención sobrenatural para rescatar a la nación.
Para el líder evangélico, lo que la nación centroamericana está viviendo no es simplemente un cambio de gobierno, sino "la gran obra de la mano de Dios salvando a Honduras de las garras malignas del comunismo".
Santos, una voz influyente dentro del cristianismo evangélico hondureño, aseguró que el país había estado sumergido en una "maniobra perversa" por parte de los sistemas de izquierda que, según él, se camuflaron en 2021 mediante una alianza electoral para llegar al poder.
Según el análisis del pastor, el gobierno saliente de Libertad y Refundación (Libre) cometió errores espirituales graves que provocaron un juicio divino y el rechazo de la sociedad.
Las próximas horas y días determinarán quién conducirá Honduras en el nuevo período presidencial. No obstante, para la dirigencia evangélica entrevistada, la elección ya dejó un saldo histórico: la fe abandonó los templos y se situó en el centro del proceso democrático, con la convicción de que el destino de la nación también se define en las urnas.
El Consejo Nacional Electoral tiene por ley hasta 30 días para realizar un pronunciamiento oficial con los resultados finales.





