Dallas Jenkins les pide a los fans de The Chosen que dejen de repetir 'falsedades' sobre la serie

Dallas Jenkins, director de The Chosen
Jenkins, quien se identifica abiertamente como un evangélico protestante conservador, dedicó un reciente video a abordar las ideas erróneas que, a su juicio, son las más dañinas y persistentes. Captura de pantalla, Facebook @DallasJenkinsOfficial

Dallas Jenkins, el creador, guionista y director de la aclamada serie The Chosen, ha utilizado sus plataformas para enviar un mensaje claro y directo a sus seguidores y a la comunidad cristiana en general, pidiendo que se detenga la propagación de ciertas "falsedades" que continuamente rodean a la producción.

Jenkins, quien se identifica abiertamente como un evangélico conservador, dedicó un reciente video publicado el pasado fin de semana, a abordar las ideas erróneas que, a su juicio, son las más dañinas y persistentes. Su objetivo es devolver la atención al propósito central de la serie: acercar a las personas al Jesús de la Biblia.

El llamado a detener los rumores denominacionales

La principal frustración expresada por Jenkins se centra en los constantes rumores sobre la supuesta afiliación o propiedad denominacional de la serie. Aunque The Chosen ha sido un proyecto colaborativo que ha trascendido barreras de fe, Jenkins fue enfático en desmentir las narrativas que intentan etiquetar o deslegitimar el proyecto.

"La pregunta más frecuente que sigo recibiendo, y que me gustaría que dejen de repetir, es la que concierne a la teología o las influencias externas", explicó Jenkins.

Específicamente, el director abordó las afirmaciones de que The Chosen es una "serie católica" o que está "financiada o controlada por los mormones (Santos de los Últimos Días)". Jenkins fue categórico: él es el único responsable del contenido de la serie, y su fuente primaria y única de verdad e inspiración es la Biblia.

“Soy un evangélico protestante conservador. No soy católico, no soy Santo de los Últimos Días, no soy griego ortodoxo. La única fuente de verdad e inspiración para todo lo que hacemos es la Biblia,” afirmó.

Si bien reconoció que su equipo de producción y los consultores provienen de diversas tradiciones de fe, subrayó que estos colaboradores "no contribuyen al contenido en sí mismo" ni dictan la dirección teológica. El director instó a los fans a dejar de difundir estas afirmaciones falsas, las cuales considera que solo sirven para dividir a la audiencia y distraerla del mensaje de Jesús.

Licencias creativas versus fidelidad bíblica

Otra área de constante fricción que Jenkins buscó aclarar es el uso de las licencias creativas en el drama. Ante las críticas de algunos sectores que alegan falta de exactitud bíblica, Jenkins reiteró una postura que ha mantenido desde el inicio del proyecto:

"La Biblia es nuestra inspiración, pero no es un guion", explicó. El propósito de la serie es dramatizar las vidas de aquellos que rodearon a Jesús, llenando los vacíos narrativos (los "espacios entre los versículos") con contexto cultural e histórico para que el personaje de Jesús resuene emocionalmente con la audiencia moderna.

Según Jenkins, el resultado final es una serie que, a pesar de sus elementos añadidos, ha demostrado ser una herramienta poderosa para impulsar a millones de espectadores a leer las Escrituras por sí mismos, un objetivo que considera fundamental para su ministerio.

La presión de la Pasión en la temporada 6

El llamado de Jenkins a la unidad y a la verdad ocurre en un momento de inmensa presión para el equipo de producción. El director aprovechó la coyuntura para recordar la ardua tarea que han emprendido, especialmente con la filmación de la sexta temporada, que se centrará en los eventos de la Pasión de Cristo.

Como informó Diario Cristiano la producción de esta temporada ha sido, de lejos, el trabajo "más difícil" que jamás hayan realizado. El rodaje de las escenas de la crucifixión y el sufrimiento de Jesús llevó al elenco y al equipo al límite, tanto física como emocionalmente.

Jenkins admitió que su familia atravesó una "crisis de salud" personal durante la filmación, y tanto él como Jonathan Roumie (Jesús) y Luke Damian (Judas) describieron un peso emocional abrumador. Roumie, en particular, calificó el rodaje como "lo más difícil que he hecho en mi vida", reconociendo que la gravedad de la historia exigía un nivel de sacrificio.

El contraste es evidente: mientras el equipo se enfrenta a desafíos espirituales y logísticos extremos para representar fielmente el sufrimiento redentor de Cristo, tienen que lidiar simultáneamente con rumores y críticas infundadas.

Al final, Jenkins hizo un llamado a la madurez espiritual de los seguidores: concentrarse en el verdadero objetivo de la serie, que es honrar a Dios y a los evangelios, dejando de lado las divisiones y las "falsedades" que no contribuyen al Reino. Su deseo es que la serie siga siendo un vehículo para que el amor de Jesús "brille a través" de las pantallas.

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