CREA 2025 explora incentivos y estrategias para el cine de fe en Latinoamérica

Panel en CREA 2025, Costa Rica
Ana López (a la derecha) compartió la experiencia de República Dominicana, donde la Ley de Cine ha transformado la industria, generando entre 120 y 125 películas al año. Marisela Zamora (al centro) explicó su rol como la "puerta de entrada" para productores extranjeros que deseen filmar en Costa Rica. Diario Cristiano Internacional

SAN JOSÉ, Costa Rica – Durante el segundo día de la Conferencia de Realizadores Audiovisuales Cristianos de Hispanoamérica (CREA 2025), un panel clave reunió a expertos para discutir las oportunidades y mecanismos de producción cinematográfica en América Latina, ofreciendo una hoja de ruta para los creadores de contenido de fe.

El panel, moderado por el guionista y director puertorriqueño Julio Román, contó con la participación de Ana López, gerente comercial de la cadena Caribbean Cinemas con operaciones multifacéticas en República Dominicana, y Marisela Zamora, comisionada fílmica del Gobierno de Costa Rica.

Román introdujo el tema preguntando cómo se pueden realizar películas aprovechando los recursos disponibles en ambos países.

Costa Rica: rapidez y talento local

Zamora explicó su rol como la "puerta de entrada" para productores extranjeros que deseen filmar en Costa Rica. La Comisión Fílmica costarricense facilita permisos, excenciones de impuestos para equipos, y coordina con diversas instituciones.

El principal incentivo costarricense ofrece un reembolso de hasta el 11.7% sobre una inversión mínima de $500.000 USD dentro del país. Zamora admitió que aunque el porcentaje no es el más alto de la región, Costa Rica es "el país más rápido en devolver dinero", con un plazo de tres meses.

Este incentivo no tiene tope y aplica a una amplia gama de proyectos, incluyendo ficción, documental, animación, videojuegos y comerciales, desde la preproducción hasta la postproducción.

La Comisión no juzga los contenidos, salvo que inciten al odio, enfocándose en atraer inversión y fomentar la contratación local. "En Costa Rica hay un talento espectacular, nuestras personas técnicas, nuestros productores", afirmó Zamora, destacando que el talento local es "lo mejor que tenemos que ofrecer al mundo". 

República Dominicana: una industria dinamizada por ley

Por su parte, López compartió la experiencia de República Dominicana, donde la Ley de Cine ha transformado la industria, generando entre 120 y 125 películas al año. "La Ley de Cine es lo mejor", enfatizó.

Explicó los dos pilares de los incentivos dominicanos:

  1. Artículo 34 (Producción Local): Permite a empresas invertir hasta el 25% de sus impuestos en películas locales, ofreciendo beneficios a cambio.

  2. Artículo 39 (Inversión Extranjera): Otorga un crédito fiscal transferible del 25% sobre un gasto mínimo de $500000 USD, requiriendo una cuota significativa de personal dominicano. Afirmó que República Dominicana también es rápida en la devolución.

López, cuya empresa Caribbean Cinemas abarca exhibición, distribución y ahora producción, señaló que aunque el mercado comercial dominicano prefiere la comedia, y que la ley no impone géneros. Compartió una lección aprendida al producir "Baño de Mujeres", una película independiente con un fuerte mensaje social sobre la trata, que no tuvo el éxito comercial esperado por salirse de su nicho. "Determinamos que el público que nosotros queremos es el público que se va a reír", admitió, subrayando la importancia de conocer el mercado.

Destacó el crecimiento de la infraestructura y la formación en República Dominicana, impulsados por la ley y entidades como DG-CINE, que ofrecen capacitación y apoyo a nuevos talentos.

La dominicana mostró un video que ilustraba el impacto económico y cultural de la ley, resaltando la generación de empleo (25.000 directos, 55% mujeres), el crecimiento de microempresas, la atracción de divisas ($150 millones anuales) y el reconocimiento internacional. López relató cómo la industria unida defendió la ley cuando estuvo en riesgo de ser eliminada.

Preparación y comunidad: claves para emergentes

Una pregunta del público abordó las dificultades para los nuevos talentos en Costa Rica, mencionando limitadas opciones de estudio, costos elevados y la percepción de que siempre se ven las "mismas caras" en pantalla.

Zamora reconoció la existencia de varias opciones educativas (Veritas, UCR, INA, ULatina, etc.) pero enfatizó la importancia de la experiencia práctica. "Entrar de asistente de producción a cualquier cosa", recomendó basada en su propia trayectoria. Aconsejó participar en cortos universitarios, asistir a eventos y, sobre todo, "desarrollar proyectos" con constancia.

López coincidió en la necesidad de preparación y relató cómo en República Dominicana la misma ley incentivó la creación de más programas educativos. Explicó que la repetición de actores a menudo responde a la demanda comercial, pero animó a buscar formación continua, aprovechar pasantías y construir redes. "Prepárense", instó, "este es un negocio de relaciones, pero también de constancia".

Julio Román reforzó la idea de que los cineastas deben entender las herramientas y leyes de su país y convertirse en "peritos" de las oportunidades locales. Subrayó la misión particular de los asistentes a CREA, enfocados en un cine de valores, y la importancia de la colaboración regional. "Somos hermanos latinos", dijo, llamando a una mentalidad de apoyo mutuo para fortalecer la industria en todo el continente.

El panel concluyó con un llamado a la acción: investigar los incentivos, prepararse profesionalmente, desarrollar proyectos con identidad propia y, fundamentalmente, unirse como gremio para dialogar con las instituciones y fortalecer el ecosistema audiovisual de fe en Latinoamérica.

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