Mission Australia publicó su informe Encuesta Juvenil 2025 el pasado jueves 27 de noviembre, revelando que las presiones del costo de vida han pasado a ser la principal preocupación de los jóvenes australianos, con casi dos tercios de los encuestados nombrándolo como el problema nacional más urgente. Los hallazgos reflejan las respuestas de más de 17.000 jóvenes de 14 a 19 años.
La encuesta anual realizada por la organización benéfica cristiana nacional muestra un cambio drástico y sostenido en lo que más importa a los jóvenes australianos, quienes están cada vez más preocupados por la tensión económica y sus efectos en sus vidas diarias. Junto con el costo de vida (64%), los encuestados identificaron la salud mental (29%), el cambio climático y el medio ambiente (27%), y la vivienda y la falta de vivienda (25%) como problemas importantes que requieren atención nacional.
El costo de vida ha surgido como la preocupación dominante por segundo año consecutivo, aumentando del 31% en 2023 al 53% en 2024 y alcanzando este año su nivel más alto desde que se introdujo la pregunta en 2010. La directora ejecutiva de Mission Australia, Sharon Callister, dijo que la rápida escalada muestra la profunda manera en que el aumento de los precios está moldeando el bienestar y la visión del mundo de los jóvenes.
“Es un récord que nunca quisimos ver roto”, dijo Callister. “Los jóvenes nos están diciendo que la tensión del aumento de los precios y el no tener dinero para artículos básicos esenciales está afectando su salud mental y su perspectiva de vida”.
La vivienda y la falta de vivienda son otra preocupación. El verano pasado, Diario Cristiano informó datos de Mission Australia que destacaban que uno de cada diez adolescentes encuestados había experimentado la falta de vivienda en el país. Estos datos provinieron de una encuesta juvenil de 2023 de Mission Australia para su informe sobre la falta de vivienda juvenil ‘The Unfair Divide’ [La División Injusta] publicado el 1 de agosto de 2024.
Entre los jóvenes de 15 a 19 años que padecían la falta de vivienda en ese momento, las experiencias iban desde vivir con o sin sus familias, pasar tiempo sin un domicilio fijo, vivir en un refugio o alojamiento temporal o simplemente aislarse porque se sentían incapaces de regresar a un entorno hogareño.
Los hallazgos del informe anterior también mostraron que los jóvenes que recientemente habían estado sin hogar sufrieron mayores desafíos que sus pares con hogares estables. Tenían más probabilidades de padecer enfermedades de salud mental (41% frente a 13%), soledad (47% frente a 18%), problemas para encajar en la sociedad (46% frente a 26%), problemas financieros y relaciones familiares tensas (34% frente a 5%).
En la encuesta de 2025, el tema siguió siendo un “problema de preocupación nacional” para los jóvenes, con la proporción de jóvenes que expresaron preocupación duplicándose desde 2022.
“Uno de cada cuatro jóvenes está preocupado por la vivienda y la falta de vivienda; lo están presenciando y experimentando a niveles más altos que nunca”, dijo Callister.
“Los jóvenes están viendo a sus amigos y familiares luchar para pagar facturas o permitirse una vivienda estable, y esto les está afectando. Esto señala una necesidad urgente de mayor inversión en vivienda social y asequible, vivienda específica para jóvenes, como los Youth Foyers; y apoyos prácticos que puedan marcar una diferencia real”, afirmó.
Una tercera preocupación dominante para los jóvenes es la salud mental. Se considera tanto un problema nacional importante como una preocupación personal para ellos.
Dos de cada cinco (39%) jóvenes informaron estrés relacionado con su salud mental y bienestar. Casi uno de cada cinco (19%) informó haber experimentado altos niveles de angustia psicológica en las semanas previas a la encuesta.
“El estrés y la ansiedad están afectando la educación, el trabajo y la vida diaria de los jóvenes”, dijo Callister. “Está haciendo que falten a la escuela, afectando su confianza y motivación. Los jóvenes quieren acceso a apoyo y recursos para poder obtener ayuda antes de que los problemas se agraven”.
Sin embargo, Mission Australia también informó de “buenas noticias” en su última encuesta, en comparación con las cifras de los dos años anteriores, en relación con algunos indicadores de bienestar para la salud mental, que muestran mejoras. Estos incluyen reducciones en la soledad y la angustia psicológica.
Según la organización benéfica, más jóvenes dicen sentir una sensación de control sobre sus vidas y positividad sobre el futuro.
“Queremos que nuestros jóvenes sepan que los estamos escuchando y les agradecemos [por] compartir una parte de sus vidas con nosotros”, dijo Callister. “La Encuesta Juvenil destaca las complejas realidades que enfrentan los jóvenes en toda Australia.
“Desde las presiones económicas hasta los desafíos de salud mental y las experiencias de discriminación, los jóvenes están lidiando con una variedad de problemas personales y sociales. Sus respuestas revelan no solo las dificultades que encuentran, sino también sus aspiraciones, valores y el deseo de forjar un futuro positivo”.
Mission Australia ahora insta a los gobiernos, escuelas, comunidades y familias a reflexionar sobre los hallazgos y a trabajar “en genuina asociación” con los jóvenes.
“Al escuchar profundamente y actuar con determinación, podemos construir un futuro donde cada joven se sienta apoyado, incluido y empoderado para alcanzar su potencial”, añadió Callister.
Artículo publicado originalmente en Christian Daily International, versión en inglés de Diario Cristiano Internacional.
