
La segunda administración de Donald Trump inició con un cambio significativo en las políticas internas y exteriores de los Estados Unidos, generando controversia tanto a nivel nacional como internacional.
En el ámbito comercial, el mandatario anunció la imposición de aranceles del 25% a México y Canadá, argumentando que estos países no han tomado acciones efectivas contra la migración y el tráfico de fentanilo, una droga que acaba con la vida de miles de estadounidenses y que ingresa al país principalmente a través de la frontera con México.
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En materia migratoria, suspendió la aplicación CBP One, diseñada para facilitar citas de ingreso al país y canceló programas de ingreso aéreo para migrantes provenientes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. Trump asegura que la migración ilegal ha aumentado las tasas de criminalidad. Menciona a países como Venezuela que han sacado de sus cárceles a criminales y delincuentes y los han enviado a los Estados Unidos.
En el ámbito social, Trump firmó órdenes ejecutivas que restringieron políticas de inclusión y diversidad. Declaró que solo reconocerá dos géneros basados en una "realidad biológica inmutable" y eliminó programas que promuevan la “ideología de género”. "El gobierno solo reconocerá dos géneros, masculino y femenino”, afirmó el presidente. Además, puso fin a iniciativas gubernamentales relacionadas con diversidad, equidad e inclusión (DEI), calificándolas como innecesarias y costosas. Estas medidas reflejan un enfoque conservador que redefine el papel del gobierno en temas sociales, mientras busca fortalecer la soberanía y seguridad nacional.

Ante estas tensiones comerciales, la presidente de México, Claudia Sheinbaum, anunció que evaluará posibles represalias arancelarias, subrayando que México no aceptará una relación desigual. “Nos coordinamos, colaboramos, pero nunca nos subordinamos”, afirmó Sheinbaum, enfatizando la soberanía y dignidad de su país en las negociaciones bilaterales. Esta postura busca equilibrar la cooperación con la independencia nacional frente a las presiones externas.
Diario Cristiano entrevistó a dos figuras influyentes de México para conocer sus perspectivas sobre estas medidas. Por un lado, el Lic. Aarón Lara, líder de la organización Iniciativa Ciudadana y del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia, criticó las políticas de izquierda promovidas por Sheinbaum, calificándolas de contradictorias. “Aunque el discurso es nacionalista y promueve al Estado como eje rector de la economía, también busca y amplía la participación de la iniciativa privada y la inversión extranjera, particularmente estadounidense”, declaró Lara. Además, alertó sobre el impacto del narcotráfico en el gobierno mexicano y su relación con los cárteles, lo que podría desencadenar intervenciones más drásticas por parte de Estados Unidos.
En materia económica, Lara destacó el papel fundamental de las remesas, que han alcanzado récords históricos y representan un sustento crucial para miles de familias mexicanas. Advirtió que una deportación masiva podría reducir significativamente este flujo económico, complicando aún más la situación para muchas comunidades. Esta preocupación impulsa a México a tomar medidas que respondan a las exigencias de Trump, buscando mitigar los efectos negativos.
Por su parte, el periodista Ommar Ayala, director de la Alianza de Comunicadores Cristianos de México (ACC MX), destacó las consecuencias sociales de las nuevas políticas migratorias. “La iglesia evangélica de México enfrentará deportaciones masivas y un largo proceso de adaptación”, aseguró Ayala. Sin embargo, señaló que sectores cristianos ven señales positivas en el mandato de Trump, como el apoyo a Israel, la defensa de valores bíblicos y la oposición a agendas progresistas.
"Para la visión de los evangélicos, durante la toma de posesión de Trump se presentaron señales positivas. Pues se advierte un panorama conservador en cuanto a la defensa de los valores de la Biblia, el apoyo a Israel y las restricciones en temas progresistas en la nación americana", dijo.
Finalmente, Ayala subrayó que los cristianos en México deberán redoblar esfuerzos en fe y solidaridad ante los desafíos por venir. “Será un reto titánico que solo podrá superarse con la ayuda de Dios y el apoyo mutuo”, concluyó.