En el mundo de la literatura cristiana, y en general, la Biblia es destacada como el libro más vendido y, al mismo tiempo, uno de los más cuestionados en la historia de la humanidad. Reconocida como el libro que contiene la Palabra de Dios, es la principal referencia de cristianos de todo el mundo: católicos, evangélicos y ortodoxos, quienes la aceptan como fuente de sana doctrina.
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En español, la versión más apreciada es, quizá, la Reina-Valera, que fue la más difundida hasta principios de los años 2000 y que aún hoy sigue siendo la versión más solicitada por los cristianos de América Latina. Esta traducción, que tiene más de 400 años de historia desde su primera edición, conocida como “la Biblia del Oso” debido a la imagen de un oso en su portada original.
Entendimos que la prioridad es reflejar las teologías bíblicas. Samuel Pagán
Desde entonces, la traducción bíblica ha sido una necesidad que no solo ha evolucionado, sino que también se ha especializado, adquiriendo nuevas herramientas para interpretar el sentido de los textos originales. Esta misión ha sido abrazada por hombres y mujeres con fervor a lo largo de los siglos. Los idiomas, considerados lenguas vivas, están en constante transformación, lo que exige actualizaciones periódicas. Además, los recientes descubrimientos arqueológicos, que incluyen manuscritos en hebreo, griego y arameo más antiguos, han motivado nuevas revisiones y versiones modernas, surgidas en el contexto del mayor crecimiento demográfico de la historia de la humanidad.
Las múltiples traducciones, y más recientemente las paráfrasis, han generado tanto admiración como críticas. Algunas de estas críticas se centran en los métodos de traducción, mientras que otras argumentan que el idioma bíblico no debería ser actualizado o cuestionan la influencia de las editoriales modernas, que, según sus detractores, responden a diversas corrientes teológicas y buscan difundir sus propias interpretaciones junto con el texto bíblico.
Diario Cristiano conversó con el Dr. Samuel Pagán, doctor en teología, pastor y destacado académico biblista. Desde 2018, el Dr. Pagán dirige los comités de traducción de la Biblia Nueva Versión Internacional (NVI) en español y portugués para la Sociedad Bíblica Internacional (SBI), también conocida como Bíblica. La NVI es reconocida como una de las versiones más fieles a los manuscritos originales, aunque también es una de las más controvertidas en todo el mundo.
“La Nueva Versión Internacional en español es un esfuerzo que nace en las décadas de los setenta y ochenta, impulsado por la Sociedad Bíblica Internacional, con el objetivo de presentar un texto bíblico comprensible para las generaciones de los años ochenta y noventa del siglo pasado”, explicó Pagán durante una charla distendida y amena.
Pagán describió este enfoque de traducción como “dinámico”, una metodología que se sitúa entre la traducción literal y la dinámica. “El eslogan era que, cuando era necesario, se optaba por una traducción dinámica, y cuando era pertinente, por una traducción formal. Por eso, en la NVI hay versículos un poco más dinámicos y otros que se asemejan a los textos tradicionales”, explicó. Esta flexibilidad ha sido, según Pagán, una de las razones principales de las críticas hacia la NVI, ya que algunos detractores consideran que el español castizo del siglo XV debería ser el estándar para traducir los textos bíblicos.
“Entendimos que la prioridad es reflejar las teologías bíblicas”, Samuel Pagán.
Otro aspecto destacado por Pagán fue la diversidad de los traductores: “Todos los integrantes del comité eran pastores evangélicos de distintas denominaciones, edades y regiones. Consideramos las peculiaridades del castellano en países como Argentina, Chile, República Dominicana y Colombia para que el texto pudiera ser entendido por todos”.
El Dr. Pagán enfatizó que la prioridad del comité fue reflejar las teologías bíblicas de manera fiel a los manuscritos originales. “Queremos transmitir lo que Isaías decía, y lo que Pablo decía, respetando sus intenciones y contextos. En el mundo de las traducciones, las Biblias de estudio pueden tener diferentes sesgos, pero nosotros nos esforzamos por ofrecer un texto neutral que respete las tradiciones evangélicas”.
Una reciente controversia publicada por The Christian Post sobre la “Biblia de Estudio del Reino al Revés”, una edición en inglés que contiene la versión NIV (por sus siglas en inglés, traducción que no es la misma que la NVI aunque se llame igual) que incluye notas sobre diversidad teológica, raza, etnia, cuidado de la creación, género y sexualidad. Esta edición, producida por Zondervan y con aportes de académicos como su editor general, el pastor Preston Sprinkle, presidente de The Center for Faith, Sexuality & Gender (CFSG - Centro por la fe, la sexualidad y el género), encendió alarmas en varios sectores religiosos.
“Nuestro propósito es mantenernos fieles a la tradición evangélica, destacando la importancia de estudiar, comprender y compartir la Palabra de Dios. Queremos que las personas no solo posean una Biblia, sino que la lean, la vivan y la compartan con otros”
Pagán aclaró que estas publicaciones no están relacionadas con la Sociedad Bíblica Internacional ni con la NVI en español. “El texto bíblico es el texto bíblico. Estas ediciones de estudio reflejan las posturas teológicas de sus autores, pero no representan al comité de traducción de la NVI”, aseguró. Además dijo que las diferentes traducciones pueden tener interpretaciones distintas producto del idioma, la cultura y la situación de social del grupo étnico al que se quiera llegar.
“Nosotros nos hemos mantenido cerca de la iglesia evangélica, apoyando la iglesia, celebrándola y que cada iglesia interprete el texto bíblico de acuerdo con sus tradiciones. Digamos si es reformada, pentecostal, bautista. Le damos el texto bíblico para que ellos puedan hacer eso. Pero esas interpretaciones no revelan las posturas de la NVI, ni revelan las posturas del comité. Sino que cada denominación tiene su responsabilidad y su derecho” para compartir sus doctrinas o enseñanzas teológicas como texto complementario adicional de los distintos ejemplares de la Biblia. “El problema de estas ediciones de estudio no está en el texto bíblico, sino está en las notas marginales. Está en las teologías que se le ponen al lado. Estas son biblias de estudio que revelan las teologías de personas específicas”, sostuvo.
El responsable del Comité de Traducción de la NVI sintetizó: “Les cedemos el texto bíblico a las editoriales, les damos permiso de publicación. Y ellos pueden agregar estos insertos, estos comentarios. Ellos no hacen per se Biblias de Estudio”, es decir que no son responsables de sus traducciones.
En el cierre de la entrevista, el Dr. Pagán reiteró la visión ministerial de la Sociedad Bíblica Internacional: “Nuestro propósito es mantenernos fieles a la tradición evangélica, destacando la importancia de estudiar, comprender y compartir la Palabra de Dios. Queremos que las personas no solo posean una Biblia, sino que la lean, la vivan y la compartan con otros”.
El compromiso del Dr. Pagán y su equipo con la excelencia en la traducción y difusión de las Escrituras deja claro que el trabajo detrás de cada versión de la Biblia es una tarea ardua, que combina erudición, sensibilidad cultural y amor por la Palabra de Dios.