Crece la persecución de iglesias y líderes cristianos en Colombia

Crece la persecución en Colombia
CEDECOL denuncia ataques, secuestros y amenazas que vulneran la libertad religiosa y pide protección al Estado. Foto Unsplash

La Confederación Evangélica de Colombia (CEDECOL) emitió un comunicado, firmado por su presidenta, la pastora Lyda Arias, en el que “rechaza los actos de persecución y violencia contra las iglesias cristianas en el país” y hace un llamado urgente al Estado para que garantice la libertad religiosa y el respeto a las comunidades de fe.

Según el texto de CEDECOL, los recientes hechos de violencia y hostigamiento “afectan a comunidades cristianas en el país, los cuales constituyen una grave vulneración al derecho fundamental a la libertad religiosa y de culto, consagrado en la Constitución Política de Colombia”.

Según las autoridades distritales de Bogotá, dos de cada diez líderes religiosos han sido amenazados, aunque el 80% no denuncia los hechos.

En particular, la organización menciona el ataque a la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera, sede El Estrecho (Cauca), cuya planta física fue afectada por una explosión, y el secuestro del hermano Heli Rizo Jiménez, miembro del Movimiento Misionero Mundial en la región del Catatumbo.

CEDECOL reafirma su compromiso con la defensa de la libertad religiosa, la promoción del diálogo y la construcción de la paz, e invita a la oración y a la solidaridad nacional con los creyentes afectados en el Cauca y el Catatumbo.

Contexto y cifras clave

La Defensoría del Pueblo de Colombia informó que entre enero y septiembre de 2024 las vulneraciones al derecho a la libertad religiosa aumentaron un 31 % con respecto al mismo periodo en 2023. En ese mismo lapso, las amenazas de muerte contra líderes o autoridades religiosas crecieron un 50 %, al pasar de 4 casos en 2023 a 8 en 2024.

Durante el primer semestre de 2024 se registraron 21 denuncias de amenazas contra líderes religiosos en los departamentos de Córdoba, Chocó, Putumayo, Magdalena, Nariño y Valle del Cauca. Según las autoridades distritales de Bogotá, dos de cada diez líderes religiosos han sido amenazados, aunque el 80% no denuncia los hechos.

En el informe Lista Mundial de la Persecución 2025, Colombia aparece en el puesto 46 de los “50 países más peligrosos para los cristianos”, según la ONG Puertas Abiertas. Aunque el país descendió en el ranking, la organización aclara que eso no significa que la persecución haya desaparecido: sigue siendo alta.

Un artículo de Puertas Abiertas señala que “más de 1.270 cristianos fueron afectados por la persecución relacionada con grupos ilegales en Colombia durante 2023. Las consecuencias incluyeron desplazamiento forzado, trauma psicológico y pérdidas materiales (como cierre o destrucción de iglesias)”.

Los tipos de violencia reportados no siempre se presentan como “persecución religiosa” de forma explícita. En muchas ocasiones, los cristianos y comunidades de fe quedan atrapados en contextos de conflicto armado, narcotráfico, presencia de grupos ilegales o desplazamiento forzado. Por ejemplo: “aunque el ataque no fue motivado por persecución religiosa, muchos cristianos e iglesias fueron afectados”, indica un reporte de junio de 2025.

Crece persecución en Colombia
La violencia hacia los creyentes evangélicos por parte de los grupos armados, responde al recrudecimiento del conflicto, no solo hacia las iglesias y sus comunidades, sino hacia la sociedad civil en general. Foto: Puertas Abiertas

En este contexto, los documentos de CEDECOL y los informes oficiales coinciden en que los creyentes, las comunidades evangélicas y sus pastores se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad. En varias zonas rurales y de conflicto, los grupos armados ilegales actúan como autoridad de facto y restringen el ejercicio de la fe.

La exclusión explícita de los líderes religiosos del “Programa de Prevención y Protección de los derechos a la vida, la libertad, la integridad y la seguridad de personas, grupos y comunidades”, establecida por el Decreto 1285 de 2023 del Ministerio del Interior de Colombia, agrava la situación de riesgo que enfrentan las iglesias cristianas.

Las implicaciones para el pluralismo religioso y la convivencia democrática son claras: cuando una comunidad de fe se ve impedida de ejercer libremente su culto, se debilitan los valores de tolerancia, servicio y construcción de paz que esa comunidad puede aportar al tejido social.

Recomendaciones de CEDECOL y proyección hacia el futuro

CEDECOL insta al Estado colombiano a garantizar el derecho a la libertad de religión o creencias en todo el territorio nacional, con especial atención en las zonas rurales. También pide reconocer a los líderes religiosos como población susceptible de protección especial, sin distinción de raza, etnia, estrato económico o ubicación geográfica.

"Colombia aparece en el puesto 46 de los “50 países más peligrosos para los cristianos”, según la ONG Puertas Abiertas.

Finalmente, solicita priorizar la investigación de crímenes contra líderes religiosos y garantizar el fin de la impunidad.

Estas demandas apuntan a fortalecer la visibilidad, protección y acompañamiento de las comunidades cristianas —sobre todo en contextos de alto riesgo— para que puedan seguir sirviendo sin miedo.

La alarma lanzada por CEDECOL se inserta en un contexto más amplio de fragilidad de los derechos humanos en Colombia, donde la libertad religiosa, la seguridad de líderes eclesiales y el ejercicio pleno del culto están siendo erosionados por la violencia, la presencia de grupos armados y la falta de políticas de protección específicas.

La comunidad evangélica exige ser escuchada y protegida, reconociendo su papel activo en los procesos de reconciliación, servicio social y fortalecimiento espiritual.

Para la prensa cristiana, este llamado no sólo es informativo, sino también una invitación a orar, visibilizar y ser parte de la construcción de una iglesia con voz, acompañamiento y defensa en escenarios de riesgo y vulnerabilidad.

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