
La Confraternidad Evangélica de Honduras hizo un llamado urgente a fortalecer el proceso democrático hondureño y convocó a un diálogo responsable entre todos los sectores del país. Así lo expresó el pastor Gerardo Irías, presidente de la Confraternidad, en declaraciones públicas difundidas a través de medios de comunicación.
A menos de cinco meses de las elecciones generales programadas para el 30 de noviembre, Honduras enfrenta una compleja y tensa coyuntura sociopolítica marcada por violencia electoral, crisis institucional y escándalos de corrupción.
Durante su intervención, Irías describió la actual situación de Honduras como una “crisis terrible” y afirmó que tanto el Congreso Nacional como los partidos políticos y el Consejo Nacional Electoral (CNE) se encuentran sin dirección. “Estamos en un Sodoma y Gomorra prácticamente. Los partidos no tienen brújula, el CNE es un desorden porque no hay acuerdo entre ellos”, denunció.
Un informe reciente de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) advierte sobre un alarmante incremento de la violencia política. Desde septiembre de 2024 hasta junio de 2025, se han registrado 404 conflictos político-electorales y 109 incidentes de violencia política, incluyendo agresiones físicas, intimidaciones y hasta homicidios.
El presidente de la Confraternidad presentó una propuesta basada en tres puntos esenciales para enfrentar la crisis: “Número uno, identificar cuál es el problema que tenemos, quién lo está generando y quién está interesado en mantenerlo. Número dos, cómo lo vamos a resolver. Y número tres, si quienes hoy gobiernan están dispuestos a hacer lo que el pueblo quiere y lo que Dios dice, o van a obedecer a sus amos y señores”, señaló.
Irías insistió en la necesidad de que los dirigentes políticos dejen de anteponer sus intereses partidarios y se coloquen bajo la bandera de Honduras. “Si no nos ponemos la bandera de Honduras, nos podemos sentar en 20 o 30 mesas y nada vamos a resolver”, advirtió.
En este sentido, propuso que la mesa de diálogo esté integrada por actores con verdadera autoridad moral y reconocimiento social, como la Iglesia Evangélica, la Iglesia Católica y la sociedad civil. “Es importante que esta mesa de diálogo se haga a puerta cerrada y no llamando a pequeños grupos que solo vienen a crear desorden”, afirmó.
A pocos meses de celebrarse las elecciones generales en el país, el pastor subrayó que debe prevalecer la paz y el orden. “La madurez de nuestros políticos debería salir a la luz, pero lo que vemos es pura niñería e inmadurez. No tienen la capacidad de mediar porque sus intereses son otros, no el pueblo”, lamentó.
Finalmente, Irías convocó a las iglesias a continuar orando por el país y por la clase política. “El llamado es a que sigamos clamando, pero también a poner en sosiego a esta clase política, porque si no, van a seguir haciendo lo que ellos quieren. Necesitamos un diálogo inmediato y maduro para resolver los problemas y evitar que el pueblo siga dividido”, concluyó.
La situación en Honduras es volátil y compleja. Con múltiples frentes abiertos —desde la migración forzada hasta la desconfianza electoral—, el país se encamina hacia unas elecciones que podrían definir no solo el rumbo político inmediato, sino también la estabilidad democrática a largo plazo.
La Confraternidad Evangélica de Honduras asegura mantener un compromiso de promover espacios de diálogo que contribuyan a la estabilidad y la convivencia pacífica en el país.