Desde hace 12 años World Vision América Latina y El Caribe promueve la “Ternura” (así con T mayúscula) como un camino de restauración para las niñas, los niños, sus cuidadores y las comunidades afectadas por la violencia y las injusticias sociales.
Ternura es un enfoque que trae consolación para restaurar a las personas y comunidades afectadas por la violencia que exacerba comportamientos como la xenofobia y el racismo, que en el largo plazo deterioran la integración social e impiden la vida en plenitud que Dios prevé para cada persona.
“Es fundamental que las comunidades de fe trabajen de manera integral, tanto con las niñas y niños como con los adultos cuidadores". Anna Grellert
En esta misión, World Vision organizó el primer proceso de certificación en las metodologías "Bálsamo de Ternura" y "Arcoíris de las Emociones", para identificar, sanar y desarraigar heridas y conductas causadas por la violencia. Cuarenta líderes religiosos de comunidades fronterizas en Haití y República Dominicana fueron capacitados.
"Arcoíris de las Emociones", por un lado, se enfoca en el cuidado emocional de la niñez mediante el arte. Con esta metodología, las niñas y niños pueden explorar y expresar sus emociones en un entorno lúdico, seguro y creativo. Utilizan los colores como una representación simbólica de sus sentimientos y las niñas y niños no solo encuentran formas de identificar lo que sienten, sino también de reconocer el impacto de las emociones sobre el cuerpo.
Además, proponen maneras prácticas de gestionar las diferentes emociones. Este enfoque se convierte en una herramienta que permite acompañar a las niñas y niños en el proceso de cuidado emocional y salud mental.
Por otro lado, "Bálsamo de Ternura" trabaja con los adultos cuidadores, ayudándoles a resignificar sus propias experiencias de vida, muchas veces marcadas por el dolor y la violencia y a transformar ese sufrimiento en sabiduría para el cuidado de la niñez.
“Cuando madres, padres y cuidadores logran encontrar una narrativa coherente de su niñez, cuentan con un recurso importante para interrumpir la transmisión la transmisión transgeneracional de la violencia y abren paso a una vida más plena para sus hijas e hijos”, afirmó Anna Grellert, Asesora Regional en Protección de la Niñez de World Vision. Esta metodología no solo fortalece a las familias, sino que moviliza a los cuidadores para compartir su sabiduría con la comunidad, extendiendo el cuidado y protección hacia todas las niñas y niños.
“Es fundamental que las comunidades de fe trabajen de manera integral, tanto con las niñas y niños como con los adultos cuidadores. La iglesia se convierte en un espacio clave donde las familias pueden buscar apoyo frente a adversidades como el abuso, la negligencia, la violencia de género y la injusticia social. Por ello, es crucial que las comunidades religiosas no solo sean acogedoras y amorosas, sino que también estén capacitadas para acompañar la resignificación de las experiencias dolorosas y promover la justicia restaurativa”, agregó la Grellert, quien es pediatra y la encargada de facilitar las capacitaciones sobre Ternura.
“De esta manera, el cuidado emocional y espiritual alcanza tanto a las niñas y niños como a quienes los cuidan, creando un entorno de restauración integral”, concluyó.
A través de este proceso de formación en prácticas restaurativas de ternura, también hemos reconocido la capacidad de resistencia del pueblo haitiano, que, a pesar de las históricas injusticias sociales, mantiene su alegría y esperanza, creyendo que es posible construir comunidades solidarias donde prevalezcan el amor y la justicia.
Cada uno de los líderes religiosos ha expresado su compromiso de llevar la ternura primero a sus familias, y luego irradiarla hacia sus comunidades. El anhelo de este proyecto es que florezca una red de ternura entre los líderes religiosos haitianos en la isla de La Española, donde el cuidado y protección con ternura de la niñez sea una misión compartida.