Presidente de la Cámara de Diputados llama a proteger el "alma de la nación" y reafirma defensa de la vida y la familia en Paraguay

Raúl Latorre, ¨Presidente de la Cámara de Diputados de Paraguay
El presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Latorre, da su discurso durante el tercer Desayuno Nacional de Oración Paraguay 2025. El evento fue organizado y transmitido en vivo por el Holding de Medios RCC. Captura de pantalla, transmisión en vivo de RCC

En un emotivo y contundente discurso durante el tercer Desayuno Nacional de Oración Paraguay 2025, el presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Latorre, lanzó un firme llamado a las autoridades y líderes eclesiásticos a preservar la identidad espiritual del país. Ante un auditorio compuesto por ministros, legisladores y reconocidos pastores nacionales e internacionales, Latorre advirtió sobre los peligros de la prosperidad material sin sustento moral y ratificó el compromiso del Estado paraguayo con la defensa de la vida y la familia.

El evento, organizado por el Holding de Medios RCC, se ha consolidado en su tercera edición como un espacio vital de convergencia entre la fe y la política, reuniendo a la clase dirigente para buscar la guía divina en la administración pública.

"Cuiden el alma de su nación"

Latorre inició su intervención honrando a los presentes, a quienes calificó como "gladiadores de la fe", destacando la presencia del evangelista internacional Alberto Mottesi y referentes locales como el pastor Emilio Agüero Esgaib y el pastor Miguel Ortigosa. Sin embargo, el eje central de su mensaje surgió de una anécdota personal vivida durante sus viajes diplomáticos.

El legislador relató el consejo que recibió de un líder religioso de una nación del primer mundo, económicamente rica pero espiritualmente devastada.

"Mi país es rico, mi país es culto, pero mi país es terriblemente pobre en el alma y el espíritu", citó Latorre, recordando cómo en aquella nación las antiguas iglesias se han convertido en discotecas o bibliotecas donde "ya no se ora, ya no se alaba".

"Cuiden el alma de su nación", fue la advertencia que Latorre transmitió al auditorio. "La educación técnica no necesariamente representa una educación correcta en el norte moral... La dimensión más importante del ser humano es la dimensión de su alma", enfatizó, instando a la Iglesia paraguaya a ejercer su rol bíblico de ser "la sal de la tierra" para evitar que Paraguay pierda su esencia en medio del desarrollo.

Dios, patria y familia: Una defensa constitucional

En un contexto global donde la fe suele ser relegada al ámbito privado, Latorre defendió la indivisibilidad de la fe y el liderazgo público. Hizo frente a las críticas que tildan de "fascista" el lema "Dios, patria y familia", argumentando que estos principios están arraigados en la propia Constitución Nacional de Paraguay.

"Nuestra propia Constitución invoca a Dios en su preámbulo... y habla del reconocimiento y la defensa de la vida desde la concepción", recordó el diputado, quien también es médico de profesión. Desde la ciencia, reafirmó que desde la concepción existe un nuevo ser con todo su material genético único, una verdad biológica que el Estado paraguayo protege jurídicamente. Asimismo, citó la defensa constitucional de la familia como la unión estable entre el hombre y la mujer.

Latorre denunció que en el mundo actual "la fe es atacada" y la vida es menospreciada por pensamientos egoístas, refiriéndose implícitamente a las presiones internacionales para legalizar el aborto y redefinir la familia. "¿Cómo puede construirse una mejor civilización, con más solidaridad y amor, sin la presencia de Dios? Es imposible", sentenció.

"No es vuestra la guerra, sino de Dios"

Para cerrar su alocución, el presidente de la Cámara Baja recurrió a las Escrituras, citando el pasaje de 2 Crónicas 20 sobre el rey Josafat. Recordó que, ante la amenaza de enemigos numerosos, el rey justo buscó el rostro de Dios y recibió una promesa que Latorre aplicó a los desafíos actuales de Paraguay en salud, educación y seguridad: "No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios".

Latorre concluyó expresando su visión de un Paraguay que crece en infraestructura y bienestar, pero que se mantiene firme como un "bastión fundamental" de los valores de la civilización occidental y de la fe en Jesucristo.

"Aunque nos convirtamos nuevamente en una isla rodeada de tierra... que [Paraguay] siga siendo el bastión fundamental de la defensa de principios y valores... y de la fe en nuestro Dios", finalizó.

Este tercer Desayuno Nacional de Oración reafirma la postura de Paraguay como un referente provida y profamilia en la región, un tema de especial interés para la comunidad evangélica hispana que sigue de cerca la resistencia cultural en Latinoamérica.

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