Plantan más de 7 mil árboles en el Corredor Seco de Nicaragua para enfrentar la sequía

Plantan arboles en Nicaragua
En el centro de la imagen la Alcaldesa de Somoto Dania Sujey Martínez Mondragón, que participó de la plantación y destacó el compromiso de la ILFE en el trabajo con las comunidades y los más necesitados. Foto: FLM/E. Albrecht

En medio de una de las zonas más afectadas por la crisis climática en Centroamérica, más de 7 mil árboles fueron plantados los días 17 y 18 de junio en comunidades rurales del municipio de Somoto, al norte de Nicaragua. La iniciativa se realizó en El Rodeo, La Carbonera, San Luis y Tierra Colorada, sectores del llamado Corredor Seco, donde las altas temperaturas y la prolongada sequía complican la vida diaria de las familias.

La plantación se enmarca en la campaña regional “Sembrando el camino hacia la COP 30”, impulsada por el Foro de Justicia Climática de América Latina y el Caribe, articulado por la Federación Luterana Mundial (FLM). En Nicaragua, la actividad es coordinada por la Iglesia Luterana Fe y Esperanza (ILFE), con el acompañamiento de autoridades locales y habitantes de la zona.

Lo simbólico ocurrió ese mismo día, cuando después de nueve meses sin lluvias, el cielo finalmente se abrió y volvió a llover. La llegada del agua trajo alivio y esperanza a los pobladores, en medio de un escenario cada vez más adverso por el cambio climático.

Dania Sujey Martínez Mondragón, alcaldesa de Somoto, participó de la jornada y destacó el trabajo de la iglesia: “El trabajo de la ILFE es pertinente, articulado y asertivo. Siempre hemos trabajado de la mano temas para la convivencia sana, pacífica y saludable para las familias”, expresó.

Las especies plantadas son frutales, medicinales y nativas, con el objetivo de restaurar los suelos, mejorar el acceso a agua y crear microclimas que protejan a las comunidades del calor extremo. Alberto Javier Granados Robles, coordinador de la campaña en Somoto, explicó: “Las familias están muy vulnerables a los efectos del clima, que deteriora el acceso a recursos como la alimentación y el agua saludable. Por eso, implementamos estrategias que permitan tener acceso a esos recursos de forma amigable”, señaló.

Los árboles, en esta región, significan mucho más que paisaje. Son una defensa natural contra la desertificación y un símbolo de resistencia. Exequiel Viscay Vásquez, habitante de La Carbonera y pastor local, compartió su preocupación: “Hace mucho calor, irresistible. Las plantas y los animales se estresan, igual que las personas. Por eso queremos tener sombra, para que el agua no se nos vaya”, afirmó.

Además de las plantaciones, las comunidades construyeron cuatro pozos con bombas manuales, protegiendo las fuentes de agua mediante reforestación a su alrededor.

La campaña, que se replica en varios países de América Latina y el Caribe, busca llegar a la próxima COP 30, la cumbre mundial sobre cambio climático de las Naciones Unidas, con acciones concretas que reflejen el compromiso de las comunidades con el cuidado ambiental. “A través de este trabajo queremos que las comunidades se comprometan cada día con la justicia climática y así buscar un mundo más amigable para las futuras generaciones”, concluyó Granados Robles.

La plantación de árboles en el Corredor Seco no solo siembra raíces en la tierra, sino también en la esperanza de quienes día a día enfrentan los desafíos del cambio climático.

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