
En el marco del congreso misionero iberoamericano COMIBAM 2025 que se lleva a cabo esta semana en -ciudad de Panamá, Rafael Canadá, director de movilización de COMIBAM Internacional, desafió a las iglesias evangélicas a recuperar su enfoque en la misión de Jesús y evitar segmentar el ministerio en tareas separadas y desconectadas de la Gran Comisión.
“Su misión es nuestro ministerio”, expresó Canadá, subrayando que el propósito de toda iglesia y líder cristiano es continuar la obra de Cristo en la tierra. “El ministerio de cada pastor, el ministerio de cada líder de jóvenes, el ministerio de cada director de alabanza, el ministerio de cada misionero, es la misma misión”, enfatizó.
Además de su rol en COMIBAM, Canadá es movilizador de iglesias y misioneros en América Latina y director de Connect Global.
Contra la segmentación de la misión
Uno de los puntos más destacados del mensaje de Canadá fue su denuncia de la fragmentación que existe dentro del ministerio cristiano. “Hemos segmentado el ministerio. Si alguien estudia para pastor, va por un camino. Si estudia misiones, va por otro. Como si fueran misiones distintas”, cuestionó.
Criticó que muchas iglesias han reducido el llamado a la misión de Jesús a un eslogan. “Ponemos Mateo 28 en la pared, pero nunca hemos enviado un misionero, ni tomado un viaje misionero, ni siquiera oramos por las naciones no alcanzadas”, lamentó. Para los primeros discípulos, dijo, no fue un lema: fue un mandato que los llevó a dar sus vidas por el evangelio.
La iglesia de Hechos como modelo
Canadá criticó también la idealización de la iglesia moderna profesionalizada, con estructuras costosas, espectáculos dominicales y estrategias de mercadeo, que muchas veces pierde de vista su misión esencial. “Nosotros somos la iglesia primitiva. Ellos —la iglesia de Hechos— son la iglesia realizada”, afirmó.
“Ellos no tenían edificios, ni pantallas, ni humo, ni luces. Pero tenían el Espíritu de Dios, tenían la Palabra, y cumplieron la misión”, agregó. Según Canadá, la verdadera eclesiología debe nacer de una cristología sólida. “Si Cristo es el Señor, su misión debe ser nuestra misión. Y eso debe moldear nuestras iglesias, no al revés”, explicó.
Durante su exposición, lamentó que muchas iglesias reduzcan la misión de Jesús a un lema decorativo o a un requisito académico. “La gran mayoría de nuestras iglesias no han enviado un solo misionero, no apoyan financieramente a un misionero y ni siquiera oran por misiones”, señaló, cuestionando la falta de compromiso con las etnias no alcanzadas.
Contra dicotomías falsas y teologías mal direccionadas
El mensaje también atacó las divisiones entre “pastores” y “misioneros” como si fueran vocaciones incompatibles. “Si servimos al mismo Señor, tenemos la misma misión. Diferente ubicación, pero mismo llamado”, afirmó.
Según Canadá, muchos modelos eclesiológicos modernos ven las misiones como algo opcional, secundario o incluso amenazante para el crecimiento institucional. “No se trata de plantar iglesias con nuestra marca en todas las capitales del mundo. Se trata de hacer discípulos de todas las naciones”, subrayó.
El conferencista destacó que la Gran Comisión “no es una opción sino un mandato del Señor Jesucristo para todos los creyentes”, e hizo un llamado a que las iglesias se involucren activamente en la obra misionera. COMIBAM, explicó, trabaja en áreas clave como “el entrenamiento, envío y cuidado de los misioneros, así como en el desarrollo de recursos para apoyar a las iglesias en esta tarea”.
Un llamado final: unidad y claridad de propósito
Canadá concluyó con una ilustración visual: varias personas jalando en diferentes direcciones no avanzan, pero si apuntan al mismo norte —la misión de Jesús—, todo el cuerpo avanza unido. “No fuimos llamados a un puesto, sino a una misión”, concluyó.
Con este mensaje, Rafael Canadá sacudió las bases ministeriales de muchos asistentes al COMIBAM 2025, recordando que la tarea global no es opcional ni secundaria, sino el corazón mismo del llamado de la iglesia.