
El Vaticano anunció oficialmente que el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco comenzará el próximo miércoles 7 de mayo en la Capilla Sixtina, tras la finalización de los nueve días de luto (Novendiales) y el funeral del pontífice, celebrado el pasado sábado 26 de abril. La fecha fue acordada por más de 180 cardenales durante la quinta congregación general, en la que también se discutieron los desafíos actuales de la Iglesia y el perfil deseado para el nuevo papa.
Participarán en el cónclave 133 cardenales menores de 80 años, quienes tienen derecho a voto según las normas establecidas por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis. Durante el proceso, los cardenales estarán completamente incomunicados y realizarán hasta cuatro votaciones diarias (dos por la mañana y dos por la tarde) hasta alcanzar una mayoría de dos tercios necesaria para la elección del nuevo pontífice.
Este cónclave se destaca por su notable diversidad geográfica. Aproximadamente el 80% de los cardenales electores fueron nombrados por el papa Francisco, quien amplió significativamente la representación de países del Sur Global y regiones anteriormente no representadas, como Myanmar, Haití y Ruanda.
Entre los nombres que suenan como posibles sucesores se encuentran el cardenal alemán Reinhard Marx, el filipino Luis Antonio Tagle y el francés Dominique Mamberti. Además, el cardenal Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, ha sido mencionado como un candidato de consenso debido a su experiencia diplomática y su cercanía con el papa Francisco.
El perfil del próximo papa es motivo de reflexión entre los cardenales. El cardenal luxemburgués Jean-Claude Hollerich expresó: “Un papa es siempre un unificador”, y añadió que más allá de la región geográfica, se deben considerar las competencias y la personalidad del candidato.
La elección del nuevo pontífice será anunciada al mundo mediante la tradicional “fumata blanca” que saldrá de la chimenea instalada en la Capilla Sixtina. Cuando el humo es negro, significa que no se alcanzó la mayoría necesaria de dos tercios de los votos para consagrar a un nuevo pontífice. El proceso, entonces, continúa. En cambio, si el humo que emerge es blanco, significa que el papa ya fue elegido. Posteriormente, el cardenal protodiácono proclamará el “Habemus Papam” desde el balcón de la Basílica de San Pedro, presentando al nuevo líder de la Iglesia Católica.
Este cónclave no solo marcará el final del pontificado del primer papa latinoamericano, sino que también definirá el rumbo futuro de una Iglesia que enfrenta desafíos como la secularización, las tensiones internas entre corrientes conservadoras y progresistas, y la necesidad de continuar con las reformas iniciadas por Francisco.
Mientras el mundo espera el anuncio del nuevo papa, la Iglesia Católica se prepara para una transición que podría consolidar el legado de apertura y misericordia de Francisco o señalar un retorno a posturas más tradicionales.