Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Prevención del Suicidio, una fecha dedicada a crear conciencia sobre un problema de salud pública que afecta a millones de personas en todo el mundo. Este día fue establecido en 2003 por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la Organización Mundial de la Salud.
El lema del Día Mundial de la Prevención del Suicidio 2024-2026, "Cambiar la narrativa", tiene como objetivo derribar barreras, como el estigma, crear conciencia y crear una cultura de comprensión y apoyo para prevenir el suicidio. Todos, individuos, comunidades, organizaciones y gobiernos tienen un papel importante que desempeñar para cambiar la narrativa sobre el suicidio.
Ese cambio de narrativa sólo lo alcanzaremos con Jesús en nuestras vidas. La mayoría de las personas que pensaron en suicidarse no desean morir; simplemente quieren encontrar alivio del dolor físico, mental, emocional o espiritual que están sufriendo. No nos toca juzgar sus motivaciones, sino tratar de acompañar a tiempo para prevenir el desenlace no deseado. Un abrazo, una caminata silenciosa, un apretón de manos, una oración a tiempo, una escucha activa, un ponerse sus zapatos por unos segundos... ¡tan sólo eso puede hacer la diferencia!
Más personas mueren por suicidio que por homicidio. El suicidio es la tercera causa principal de muerte entre las personas de quince a veinticuatro años y es más común entre las personas de sesenta y cinco años o más. La tasa de suicidio entre los ancianos es más alta entre los divorciados o viudos. En el último medio siglo, la tasa de suicidios entre adolescentes y adultos jóvenes casi se ha triplicado.
La Biblia asegura que Dios da y sólo él quita la vida (Job 1:21). Como también aclara que fuimos comprados por un precio (1 Corintios 6:19-20). Frente a personas con dolor la gracia de Dios es suficiente, pero debe demostrarse a través de las personas. Ayudemos a que las personas se reconcilien con el Señor, así como nosotros lo hicimos antes (2 Corintios 5:18-19), sin juzgar ¡Prevengamos el suicidio! Porque todos necesitamos de la Gracia de Dios.
Nuestra cultura posmoderna cree que la verdad absoluta no existe (que en sí misma es una afirmación de verdad absoluta). En una sociedad no teísta o relativista, es difícil defender la vida y estar en contra del suicidio. Si somos nuestro propio “poder superior,” podemos hacer con nuestras vidas lo que queramos.
Pero si Dios es el Señor de todo lo que existe, conserva la propiedad sobre nuestras vidas y sus días. Él es el único que puede determinar cuándo se realiza nuestro servicio, se cumple nuestro propósito previsto. Es la enseñanza clara y consistente de las Escrituras que nuestras vidas pertenecen a su Hacedor y que no debemos ponerles fin para nuestros propios propósitos.
Por eso, en un día como hoy es fundamental ser esos testimonios vivos del poder transformador de Dios en nuestras vidas.
Diario Cristiano ha publicado varias notas acerca del suicidio que les recomendamos leer para reflexionar sobre este tema y también vislumbrar el poder del Espíritu Santo cuando actúa en una persona que está agotada de soportar tanto dolor:
La Iglesia frente al suicidio juvenil
Suicidio en primera persona: la historia de Matías Kornetz
Ansiedad y depresión en América Latina: ¿Qué está fallando?
SUICIDIO: el flagelo que corre tras los más jóvenes
Y si necesita ayuda no olvide que Dios siempre la da. Que su Gracias nos alcance y nos baste (2 Corintios 12:9).