
La presencia del presidente argentino Javier Milei en la inauguración del templo de la iglesia Portal del cielo en la provincia de Chaco, continúa generando repercusiones en distintos sectores del ámbito evangélico. En las últimas horas, dos pastores bautistas, Matías Ferrari y Marcelo Díaz, dieron a conocer sus posturas sobre el tema a través de mensajes publicados en redes sociales.
Ambos líderes coincidieron en valorar la obra del pastor Jorge Ledesma y su congregación, aunque con matices en sus apreciaciones sobre la participación política y el discurso del mandatario nacional durante el evento.
Matías Ferrari, pastor de origen bautista y líder de Mision Vida — Jesús te ama en Gral. Rodriguez (Buenos Aires), planteó que muchas de las críticas surgidas en torno a la visita presidencial carecen de fundamento real. “Tengo la seria sospecha que muchos de los que hablan y opinan, no se tomaron el trabajo de llamar al pastor Jorge Ledesma y expresarle su parecer”, afirmó. En su descargo, Ferrari sostuvo que invitar a autoridades civiles a actos de relevancia social y religiosa “siempre está muy bien” y defendió la autonomía del anfitrión sobre decidir a quién otorgar la palabra.
Sin embargo, fue crítico con el desempeño del presidente en esa ocasión. “El presidente no registró correctamente el lugar en donde estaba, ni respetó a quien le dio el lugar de hablar ante tamaño auditorio. Equivocó el tema, el tono, el vocabulario y se perdió una oportunidad única”, evaluó.
El pastor también cuestionó las opiniones “desde lejos” que buscarían “pegar y lastimar”, y señaló: “Si no les gusta el presidente no vayan, si no les gusta Ledesma no vayan, sino conocen la interna de lo que pasó, no opinen”.
Por su parte, Marcelo Díaz, pastor y politólogo, ofreció una lectura política e histórica del episodio. En primer lugar, destacó su relación con los pastores Jorge y Alicia Ledesma, a quienes definió como personas de “humildad, amor a las personas y compromiso”.
Respecto al crecimiento de la Iglesia Cristiana Internacional y su estrategia evangelística “Invasión del Amor de Dios”, Díaz la describió como una herramienta “super organizada” y con testimonios de “milagros concretos y comprobados científicamente”.
En cuanto a la presencia de Milei, el pastor fue directo: “¿Que Milei usa políticamente esta visita? Obvio, es un líder político. Descartar esta verdad es pecar de inocencia”. Para Díaz, es inevitable que una iglesia de esa magnitud despierte interés político, y recordó antecedentes históricos de presidentes argentinos participando en actividades evangélicas: “Alfonsín estuvo en el Congreso Juvenil Mundial de los bautistas en los años 80. Menem en los 90. Y más atrás, Sarmiento visitó la Iglesia Metodista de la avenida Corrientes”.
Díaz advirtió que la verdadera responsabilidad de lo que se haga con este tipo de visitas no es del presidente ni del gobierno, sino de la propia iglesia. “De lo que hagamos nos transformará en gente seria, creyente y pensante, sensible al Espíritu, o en fanáticos libertarios por un lado y criticones progres por otro”, concluyó.
Ambas posiciones reflejan la diversidad de posturas que atraviesa al mundo evangélico argentino en un contexto político y social particularmente sensible. Mientras algunos celebran la visibilidad institucional y la posibilidad de influir en el poder civil, otros alertan sobre los riesgos de confundir espacio espiritual con escenario político.