Nicaragua liberó a líderes religiosos tras nueve meses de prisión

Jose Luis Orozco
El pastor José Luis Orozco y sus compañeros detenidos habían sido acusados de lavado de dinero y traición a la patria por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Fueron enviados al exilio como parte de un acuerdo con Estados Unidos. Foto: Captura de pantalla Youtube

Una docena de pastores evangélicos nicaragüenses y un laico católico fueron liberados tras permanecer nueve meses en prisión acusados de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y traición a la patria. Según informó la agencia AP, las detenciones se habían producido en septiembre de 2024 y formaban parte de una serie de arrestos impulsados por el gobierno de Daniel Ortega contra líderes religiosos.

Los pastores pertenecían a la organización cristiana estadounidense Mountain Gateway (Puerta de la Montaña). Su líder, José Luis Orozco, junto a otros diez miembros, había sido condenado a 12 años de cárcel y una multa equivalente a 84 millones de dólares. Durante su encarcelamiento, los religiosos no tuvieron acceso a Biblias, ni a visitas familiares, como informó oportunamente Diario Cristiano. “La guerra más grande que he librado en mi vida cristiana ha sido esa batalla mental”, aseguró Orozco.

Además el pastor aseguró que: “El Señor me dijo: ’José Luis, no tengas miedo. Un viento va a soplar del norte, las cadenas se van a romper y las puertas se van a abrir’,” contó desde su nuevo hogar en Austin, Texas.

El grupo fue excarcelado en junio de este año y trasladado hacia Guatemala, desde donde se dirigieron a Estados Unidos y España. La gestión de su liberación se produjo a partir de un acuerdo entre Nicaragua y el gobierno de Estados Unidos, que incluyó la excarcelación de 135 presos políticos, entre los cuales se encontraban los religiosos.

El laico católico Francisco Arteaga, también detenido en septiembre, viajó a Bilbao, España, tras su liberación. El resto de los pastores llegó a Estados Unidos, donde planean continuar sus actividades religiosas.

Las tensiones entre el gobierno de Ortega y los líderes religiosos se intensificaron desde 2018, cuando una reforma a la seguridad social desató protestas masivas que fueron reprimidas. Desde entonces, varios sacerdotes, pastores y dirigentes cristianos han rechazado decisiones políticas adoptadas por el gobierno y han denunciado abusos contra la población.

“La persecución religiosa en Nicaragua es la más cruel de los últimos años en América Latina”, señaló Martha Patricia Molina, abogada nicaragüense que registra casos de violaciones a la libertad religiosa en su país. Según Molina, pese a las presiones oficiales, las iglesias han mantenido su misión de asistir y proteger a la población.

Desde 2018, Nicaragua atraviesa una crisis política y social que ha incluido el cierre de medios de comunicación, el exilio de opositores y restricciones a las actividades de organizaciones religiosas. Distintos informes de organismos internacionales han documentado hostigamientos, detenciones arbitrarias y vigilancia a líderes católicos y evangélicos.

La pastoral nicaraguense sige en un ayuno silencioso como resistencia pacífica a la vigilancia constante por parte del régimen orteguista, tal como Diario Cristiano contó a fines de mayo de este año.

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