
En diversas regiones de América Latina, mujeres cristianas están alzando sus voces para compartir experiencias de abuso espiritual y buscar sanidad en comunidad. A través de encuentros interdenominacionales, estas mujeres encuentran espacios seguros donde pueden hablar abiertamente sobre situaciones de manipulación y control ejercidas en contextos religiosos.
Uno de estos encuentros tuvo lugar en Costa Rica, donde se abordaron temas relacionados con el abuso de poder, conciencia y espiritualidad en la vida consagrada.
La Comisión Nacional de Protección al Menor y Adultos en Vulnerabilidad (CONAPROME) de la Conferencia Episcopal y la Conferencia de Religiosos de Costa Rica (CONFRECOR) organizaron el evento, que se convirtió en un espacio para la reflexión y búsqueda de soluciones concretas frente a estas problemáticas.
Durante el encuentro, se compartieron testimonios como el de Flor, una exreligiosa que relató: “Nos formaban en la obediencia ciega, nos decían que el que obedece no se equivoca. Estaba prohibido preguntar, pero a la vez el ambiente era de mucho sufrimiento, de mucha manipulación y de mucha angustia espiritual”.
La ponente Lisandra Chaves destacó que el abuso espiritual es una forma de abuso emocional y psicológico con un impacto profundamente dañino en quienes lo experimentan.
Además, la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR) presentó una investigación revelando que el 55,2% de las religiosas en América Latina y el Caribe ha experimentado abuso de poder en la vida religiosa, evidenciando la magnitud del problema.
Estos encuentros buscan no solo la sanidad individual, sino también fomentar una cultura de prevención y cuidado dentro de las comunidades de fe. Al proporcionar un espacio para compartir experiencias y recibir apoyo, las mujeres construyen redes de solidaridad y promueven cambios significativos en sus entornos religiosos.
A través de estas iniciativas, se reafirma el compromiso de las iglesias en América Latina de abordar el abuso espiritual y trabajar hacia comunidades más saludables y compasivas.