El Centro de Derechos Reproductivos y el Centro de Derechos de la Mujer (CDM) presentaron en abril pasado una petición ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU en nombre de una mujer indígena nahua conocida como Fausia, buscando eludir la soberanía y el proceso democrático hondureño. Es la primera vez que Honduras es llevada ante la ONU por su total prohibición del aborto, que está vigente desde 1982.
Honduras actualmente no permite el aborto por ninguna razón, y el uso de anticonceptivos de emergencia también está prohibido. El artículo 67 de la Constitución hondureña establece que "el no nacido será considerado nacido para todo lo que le favorezca dentro de los límites de la ley". En 2017, los legisladores intentaron despenalizar el aborto en casos de violación, incesto o riesgo para la salud de la madre o el bebé, pero esa medida fracasó.
Junto con Haití, Nicaragua, El Salvador y la República Dominicana, Honduras prohíbe el aborto en todas las circunstancias. Las mujeres que tienen un aborto o los profesionales médicos que realizan uno pueden enfrentar hasta seis años de prisión según la ley hondureña. En 2021, los legisladores hondureños provida ratificaron reformas constitucionales que afirmaban el derecho a la vida desde la concepción, a pesar de la oposición de funcionarios de la ONU.
La petición afirma que Fausia fue violada en 2015 en Honduras y se le negó un aborto debido a la prohibición del país. Las organizaciones que respaldan su queja buscan que el comité de la ONU determine que la prohibición total del aborto viola los derechos fundamentales de las mujeres. Quieren que la ONU recomiende que Honduras regule el acceso al aborto como un "servicio de salud esencial" y proporcione reparaciones a Fausia.
Los defensores del aborto a menudo hacen afirmaciones sobre la prevalencia de abortos clandestinos en Honduras, con informes de medios que citan estimaciones que van desde 50.000 a 80.000 [abortos] por año. Sin embargo, no hay fuentes de datos primarios disponibles o proporcionadas por el gobierno u ONGs para respaldar estas cifras. Las fuentes originales de las estadísticas no están fundamentadas.
Investigaciones han mostrado que el aborto no ayuda a las mujeres ni a las niñas ni las saca de la pobreza o situaciones difíciles. Los estudios han encontrado que el aborto puede agregar trauma, dejando a las mujeres en mayor riesgo de consumo de drogas y alcohol, depresión y pensamientos suicidas.
La ciencia y biología han confirmado que la vida comienza en la concepción, por lo cual el derecho fundamental a la vida se extiende a los niños no nacidos en el útero. Los legisladores hondureños han resistido la presión externa para cambiar las leyes provida del país, reafirmando así las protecciones constitucionales para los bebés no nacidos.