
En medio del debate sobre el papel de la religión en la educación pública, una reciente encuesta del Pew Research Center reveló que el 52% de los adultos estadounidenses apoyan que los maestros dirijan oraciones explícitamente cristianas en las escuelas, mientras que un 46% se opone a esta práctica. De ese 52%, el 27% expresó estar “fuertemente a favor”.
“En 22 estados, más adultos dicen estar a favor de permitir que los maestros dirijan a sus clases en oraciones que se refieren a Jesús”, explicó Chip Rotolo, investigador asociado de Pew. “En 12 estados y el Distrito de Columbia, más adultos dicen que se oponen”.
Entre los estados donde el respaldo fue más fuerte figuran Mississippi (81%), Alabama y Arkansas (75%), y Louisiana (74%). En contraste, los niveles de oposición más altos se registraron en Washington D.C. (69%), Oregon (65%) y Vermont (64%).
Pew también exploró la actitud del público hacia oraciones no sectarias —dirigidas a Dios sin mencionar a una religión específica— y encontró un apoyo ligeramente mayor (57%). Sin embargo, los patrones estatales reflejan divisiones similares.
“El Estudio del Panorama Religioso 2023-24 también hizo una pregunta separada sobre ‘permitir que los maestros dirijan a sus clases en oraciones que se refieren a Dios pero no a ninguna religión específica’”, agregó Rotolo.
Entre los estados con mayor respaldo a la oración genérica destacan Mississippi (77%), Arkansas (76%) y Alabama (74%), todos conocidos por su fuerte tradición cristiana conservadora.
Este estudio deja en evidencia cómo la fe sigue desempeñando un papel clave en la vida cívica de muchas comunidades estadounidenses, especialmente en el sur del país, donde las escuelas aún conservan un vínculo estrecho con valores religiosos tradicionales.
La investigación también sugiere una fuerte correlación entre la orientación política del estado y su postura frente a la oración escolar: la mayoría de los estados donde el apoyo fue más alto votaron por el presidente Donald Trump en las últimas elecciones.
Aunque la Corte Suprema de EE.UU. ha dictaminado que los funcionarios escolares no pueden imponer oraciones a los estudiantes, estos datos revelan una notable apertura cultural hacia la religión en el aula, especialmente en sectores que ven la oración como parte esencial de la formación moral y espiritual.