
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. – Más de 150 músicos cristianos, entre mariachis y solistas, se reunieron en la capital chiapaneca para llevar a cabo un encuentro musical tras la celebración del Tercer Congreso del Mariachi Cristiano, realizado en la Montaña de Oración del Cine Siglo XXI bajo el liderazgo de la iglesia Jesús es el Camino.
La plaza central de Tuxtla Gutiérrez se convirtió en un escenario de fe, tradición y esperanza, donde músicos provenientes de México, Guatemala, Venezuela y Estados Unidos ofrecieron alabanzas en un ambiente de fraternidad.
El objetivo fue claro: que la música regional mexicana, en su expresión de mariachi, se convierta en un puente para llevar un mensaje de paz y bienestar a distintos estados y países.
El evento fue organizado por Isaac Elío Martínez Meléndez, director y fundador del proyecto, quien resaltó que esta visión nació de forma sencilla, pero hoy crece con pasos firmes.
“En su primera edición buscábamos la confraternidad entre mariachis cristianos, compartir experiencias y apoyarnos mutuamente. Hoy queremos motivar al evangelismo y demostrar que el mariachi también puede ser un instrumento de adoración a Dios”, señaló.
A la llegada al parque central, los músicos coincidieron con una manifestación de familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa en 2014. En un gesto de solidaridad, los pastores y líderes presentes elevaron una oración por ellos, así como por la paz en Chiapas, un estado que en el último año se ha visto marcado por violencia, desapariciones y el cierre de más de 100 iglesias evangélicas debido a la inseguridad.
En 2014, 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecieron en Iguala, Guerrero, en un caso aún no esclarecido que simboliza la crisis de violencia e impunidad en México.
El pastor Josué Pérez Pardo, de la iglesia Jesús es el Camino, dirigió una oración especial tanto por los músicos como por las familias de víctimas y por el gobierno estatal, destacando la necesidad de unidad y fortaleza en tiempos difíciles.
El encuentro culminó con un emotivo momento en el que todos los mariachis entonaron juntos El Jubileo, una alabanza que resonó como símbolo de esperanza y que los organizadores esperan sea replicada en distintas ciudades de México y más allá de sus fronteras.
Martínez recordó que el camino no ha sido sencillo. En Hidalgo, sede del primer congreso, participaron 17 agrupaciones; en Oaxaca, durante la segunda edición, apenas cinco lograron reunirse debido a cambios de fechas.
Sin embargo, la perseverancia ha dado frutos. “Somos un congreso hecho por mariachis y para mariachis, sin respaldo institucional, pero con la certeza de que Dios nos va fortaleciendo”, afirmó.
El mariachi cristiano en Chiapas deja una huella no solo en la música, sino también en el corazón de quienes buscan en la fe un mensaje de paz para sus comunidades.