
Sin carteles, sin micrófonos ni escenario, cincuenta pastores colombianos respondieron a un llamado que —ellos aseguran— vino del cielo. La convocatoria, impulsada por la Federación Evangélica Andina (Feandina), bajo la cobertura de CEDECOL, reunió a líderes espirituales de distintas regiones del país en una montaña de Medellín para un tiempo de oración e intercesión que se extendió por más de seis horas.
“Cuando el pastorado se arrodilla, la nación se levanta”, fue la consigna que dio sentido a la jornada, conocida como 50 Guerreros de Oración. Allí, los participantes clamaron por Colombia, por Antioquia, el Valle de Aburrá y por la ciudad de Medellín. También oraron por las familias pastorales y realizaron lo que llamaron “guerra espiritual”, buscando romper estructuras de indiferencia y restaurar el altar de adoración.
Lejos de los eventos multitudinarios y del protagonismo humano, los pastores compartieron momentos de quebranto y reconciliación. “Pedimos perdón por el pastorado de la nación y exaltamos el Nombre que está sobre todo nombre: Jesús”, expresaron los organizadores a través de una publicación en el perfil de Facebook de Feandina.
Durante el ascenso a la montaña, los participantes se encontraron con miembros del Ejército Nacional, a quienes aprovecharon para predicarles y orar con ellos. Según relataron, varios soldados aceptaron hacer la oración de fe.
La convocatoria no tuvo agenda política ni estructura formal. Fue, en palabras de sus impulsores, “una respuesta al llamado del Espíritu Santo” y un compromiso de levantar un movimiento de intercesión permanente por la nación.
“Esto apenas comienza”, concluyeron los líderes de Feandina, dejando entrever que los Guerreros de Oración podrían convertirse en una expresión continua de unidad pastoral y clamor por Colombia.