El exentrenador de los Búfalos de Colorado, quien llenó estadios de fútbol americano durante trece temporadas y fundó el movimiento masculino Promise Keepers (Cumplidores de Promesas), Bill McCartney, falleció el pasado 10 de enero a los 84 años.
McCartney lideró a los Búfalos hacia su único título nacional en 1990, siendo incluido en el Salón de la Fama en reconocimiento a su destacada carrera deportiva. Además, se convirtió en un guía espiritual para millones de hombres alrededor del mundo.
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“Con gran pesar anunciamos el fallecimiento de Bill McCartney, amado esposo, padre, abuelo y amigo, quien dejó este mundo en paz a la edad de 84 años tras un valiente viaje con la demencia”, expresó su familia en un comunicado oficial.
“Nuestro padre entregó su vida a Jesús a los 33 años, marcando una trayectoria que transformó a nuestra familia y a muchos otros. Compartimos su fe en Jesús y creemos verdaderamente que ahora se ha reunido en el cielo con su amada esposa y nuestra madre, Lynne Marie”, añadieron en el mensaje.
“Mientras lloramos su pérdida, también celebramos la extraordinaria vida que vivió y el amor que compartió con todos los que lo rodeaban. Estamos agradecidos por las oraciones y el apoyo recibidos en este difícil momento, y pedimos privacidad mientras navegamos este duelo”, concluyeron.
McCartney estaba profundamente preocupado por la pérdida de fe entre los hombres estadounidenses, y su impacto en las familias del país. En la década de 1990, organizó reuniones que comenzaron con 4.000 asistentes y llegaron a convocar a medio millón de hombres en estadios, donde oraban, estudiaban la Biblia y reflexionaban sobre el perdón de Dios por haber abandonado su papel integral en la sociedad.
El evento más destacado de Promise Keepers fue la reunión al aire libre denominada: "Levántate en la brecha: una reunión sagrada de hombres", celebrada en el Explanada Nacional de Washington, D.C., el 4 de octubre de 1997. La cadena de televisión C-SPAN retransmitió el acto en directo en su totalidad. Las cifras de asistencia varían, pero se han estimado entre 600.000 y hasya casi un millón de personas.
En estos encuentros, McCartney promovió una visión cristiana tradicional de los roles de género, conocida como complementaria, donde los hombres eran líderes espirituales en sus hogares y comunidades. Sin embargo, también enfatizó una masculinidad más gentil y compasiva, en la que los hombres asumían responsabilidades domésticas, escuchaban a sus esposas y demostraban amabilidad en lugar de dureza.
“Un hombre de verdad es un hombre de sustancia, un hombre vulnerable, un hombre que ama a su esposa, que tiene pasión por Dios y está dispuesto a dar su vida por Él”, afirmó en una conferencia de prensa en 1995, según The Washington Post.
En los próximos días se darán a conocer los detalles de los servicios conmemorativos para despedir al destacado entrenador y líder espiritual.