Al iniciar un nuevo año lleno de propósitos y aspiraciones, considere lo siguiente: ¿qué sucedería si la clave del crecimiento (para las familias y nuestros hijos) no radicara en la comodidad, sino en el desafío?
Hace poco me topé con esta cita en un boletín que me compartieron: “¿Cómo terminé en medio de Islandia con dos hijos y una bolsa de sopa de reno en mi mochila?”, reflexionó un padre de Trail Life. “Comencemos con lo obvio: los chicos de nuestra tropa son ambiciosos y los líderes están locos”. Pero tal vez todos necesitemos un poco de esa locura para realmente crecer en 2025.
En una era de gratificación instantánea, donde cada necesidad puede satisfacerse con solo deslizar el dedo sobre una pantalla, hemos creado un mundo donde la adversidad se evita a toda costa. Sin embargo, es la adversidad, no la facilidad, la que forja las virtudes que más admiramos: la valentía, la resiliencia y la integridad. El nuevo año ofrece la oportunidad de revertir esta tendencia y aceptar la incomodidad que nos convierte a nosotros (y a nuestros hijos) en algo más fuerte.
Este verano, un grupo de hombres jóvenes y líderes adultos de la tropa de Trail Life VA-1804 se dispuso a cruzar el vasto interior de Islandia a pie. Durante 10 agotadores días, desafiaron ríos glaciares, desiertos volcánicos y un clima impredecible, llevando solo lo que podían meter en sus mochilas. Fue una prueba de resistencia, resiliencia y valentía. Sin embargo, en medio de la belleza agreste y el desafío implacable, sucedió algo extraordinario: se unieron. Se rieron, se alentaron mutuamente y cargaron con las cargas de los demás, tanto literales como metafóricas.
Al final del sendero, dos mujeres islandesas, al escuchar lo que el grupo había logrado, declararon: “Ya no deberían llamarlos niños; son hombres”. Un padre reflexionó más tarde: “No somos tan ingenuos como para pensar que una caminata hace a un hombre, pero todos estamos en un viaje, y puedo decir sin lugar a dudas que estos hombres del sendero regresaron a casa sintiéndose un poco más humildes, confiados y vivos”.
Su transformación no se produjo porque la caminata fuera fácil. Se produjo porque fue difícil. Aprendieron a confiar unos en otros, a superar el dolor y a descubrir una fuerza que no sabían que tenían. Es un recordatorio de que el crecimiento no se produce en la comodidad, sino en la incomodidad.
Imaginemos que 2025 fuera el año en que cambiamos el rumbo, el año en que criamos a una generación preparada para afrontar los desafíos de frente, el año en que las familias se reconectaron a través de una lucha compartida y encontraron fuerza y alegría en el proceso. No se trata solo de una resolución personal, sino colectiva, y comienza con un paso hacia el desierto de la incomodidad.
La incomodidad no es algo que se pueda evitar, sino algo que se debe aceptar. Es el dolor de pies después de una larga caminata, el frío de una mañana fresca en una tienda de campaña o el miedo antes de cruzar un rugiente río glacial. Estos momentos nos hacen crecer y nos convierten en personas valientes, resilientes y capaces. Forjan vínculos que solo la lucha compartida puede crear. Nos recuerdan que el mundo es vasto, hermoso y, a menudo, desafiante, y que somos mucho más capaces de lo que creemos.
La aventura no tiene por qué significar caminar por Islandia o escalar montañas. Puede ser un viaje de campamento de fin de semana, una caminata de un día o incluso construir una casa en el árbol en el jardín. Lo que importa es que sea real, tangible y compartida. En estos momentos, lejos de las pantallas y las comodidades, las familias se fortalecen y las personas encuentran su resiliencia. Estos momentos compartidos nos recuerdan que las mayores recompensas de la vida a menudo se encuentran más allá de las cosas difíciles que elegimos enfrentar.
Si no está seguro por dónde empezar, aquí tiene una idea sencilla: planifique una aventura al aire libre al mes. No tiene por qué ser algo extremo, solo algo que te saque de tu zona de confort. Planifica una caminata familiar, empieza a cultivar un jardín o únete a una organización local como Trail Life USA. Los pequeños pasos conducen a grandes transformaciones.
Padres, estas aventuras compartidas ofrecen otro regalo inesperado: la oportunidad de crecer como personas. Toda familia que abraza la aventura enfrentará momentos de duda. “¿Qué estamos haciendo? ¿Estamos locos? Podríamos estar en casa, cálidos y cómodos”. Pero ese es el punto. Podrías estarlo, pero no lo estás. En cambio, estás dando ejemplo de lo que significa enfrentar los desafíos con coraje, aceptar la incomodidad y construir conexiones más profundas con aquellos a quienes amas.
Este año, tomemos la decisión de darles a nuestros hijos (y a nosotros mismos) el regalo del desafío. El camino no siempre será fácil, pero ¿la recompensa? Una generación de individuos valientes y seguros, y familias que no cambiarían el viaje por nada.
Publicado originalmente en The Christian Post. Escrito por Mark Hancock