La Confraternidad Evangélica de Honduras (CEH) se opuso a la decisión del gobierno hondureño de denunciar el Tratado de Extradición con Estados Unidos y expresó “de manera categórica” que hacerlo sería un “retroceso en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico”.
La presidente hondureña, Xiomara Castro, ordenó el pasado miércoles dar por terminado el Tratado de Extradición con Estados Unidos, en medio de una tensión diplomática con la embajadora estadounidense en el país, Laura Dogu, por criticar una reciente reunión de autoridades hondureñas con el sancionado ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, según informó la agencia de noticias EFE.
El abogado y doctor en Derechos Humanos, Joaquín Mejía, afirma que al parecer el gobierno hondureño tiene "algún tipo de temor" a que se solicite la “extradición a algún funcionario o persona cercana a la presidente hondureña”. Mejía sostiene que el Gobierno solo esperaba "una oportunidad" para dar por terminado el tratado de extradición, una herramienta que el experto considera "efectiva" en la lucha contra el narcotráfico, pues ha permitido al país extraditar a unos 50 hondureños.
A todo esto la CEH salió al cruce para marcar una posición respecto a la eliminación del tratado que implicaría, según la organización evangélica, “que Honduras ya no estaría dispuesta a cumplir con las obligaciones establecidas, lo cual tendrá repercusiones significativas en nuestras relaciones diplomáticas y en la cooperación judicial entre ambos países”.
Para las autoridades evangélicas hondureñas “esta acción no solo compromete la seguridad” del país, “sino que también transmite un mensaje erróneo sobre nuestro compromiso con la justicia y el estado de derecho”. De igual manera aseguraron que esta acción “abre la posibilidad” de que el “país se convierta en un refugio para personas que han cometido delitos graves”.
Los pastores representados por la Confraternidad Evangélica llaman a que todas las organizaciones eclesiásticas e iglesias del país se unan a esta solicitud, dado que entienden que es su "deber moral y espiritual alzar la voz en favor de la justicia y la paz en nuestra nación. La Biblia nos enseña que «la justicia engrandece a la nación, pero el pecado es afrenta de las naciones» (Proverbios 14:34). Un país debe tener leyes fuertes y justas, y estas leyes deben ser respetadas y aplicadas sin excepción”.
También dejaron en claro que “como cristianos, creemos firmemente que todo ciudadano hondureño que haya cometido delitos que caigan bajo las disposiciones de este Tratado debe ser llevado ante la justicia, ya sea en nuestro país o en el extranjero, según lo determine la ley. No obstante, también reconocemos la necesidad urgente de fortalecer nuestro sistema legal y nuestras instituciones para que puedan cumplir con su deber de manera eficaz y justa”.