
San Cristóbal de las Casas, Chiapas. — En un hecho inédito para la región, pastores y líderes de diversas denominaciones evangélicas de San Cristóbal de las Casas unieron esfuerzos para convocar a una jornada de oración colectiva por la paz y la bendición de Chiapas. El encuentro busca promover la unidad entre comunidades de fe, fortalecer la armonía social y fomentar la tolerancia religiosa en una entidad históricamente marcada por conflictos.
La convocatoria tuvo lugar en la Iglesia Cristiana Nuevo Pacto, encabezada por el pastor Hermelino Jiménez, quien subrayó la relevancia de este esfuerzo conjunto en el contexto actual del estado.
“‘Chiapas bajo la gloria de Dios’ nos está uniendo en una cruzada de sanidad y milagros programada para los días 27 y 28 de noviembre en el parque de la feria. Por primera vez veo este tipo de unidad; muchos ministerios se están integrando, y eso nos llena de gozo”, señaló Jiménez, quien recibirá la visita del pastor colombiano Ricardo Rodríguez, líder internacional de avivamiento espiritual.
Jiménez, originario del municipio de San Juan Chamula, recordó los episodios de intolerancia que marcaron su infancia. A los siete años fue expulsado junto con su familia por profesar la fe evangélica.
“Hemos pasado por violencia, expulsiones y quemas de viviendas, pero hoy veo a Chiapas viviendo su mejor tiempo de avivamiento. Nos unimos para orar por paz y reconciliación”, expresó.
Una larga historia de persecución
El conflicto religioso en Chiapas tiene raíces profundas. Desde 1966 comenzaron las expulsiones de familias evangélicas por abandonar las prácticas tradicionales católicas, principalmente en San Juan Chamula. Miles de personas fueron desplazadas, y durante las décadas de los setenta a los noventa se documentaron agresiones, asesinatos y quema de viviendas.
La película “Chamula, tierra de sangre”, producida por Armagedón, retrata parte de esta violencia, aunque líderes locales aseguran que la realidad fue aún más cruda. A pesar de ello, las comunidades desplazadas lograron reconstruirse en otros municipios, estableciendo nuevas iglesias que hoy son pilares de reconciliación.
La ciudad de San Cristóbal de las Casas ha enfrentado en los últimos años brotes de violencia vinculados al crimen organizado y conflictos comunitarios. Frente a ello, las iglesias evangélicas han mantenido su labor espiritual activa mediante ayunos, vigilias y oraciones continuas.
La Iglesia Nuevo Pacto realiza desde hace cinco años noches de oración de 126 horas, una práctica que ya suma 27 ediciones y busca consolidar la paz y la unidad entre creyentes.
“En nuestro movimiento no se cerró ni una sola iglesia. Gracias a la oración y la perseverancia hemos visto restablecerse la paz y la presencia del evangelio en toda la región”, enfatizó el pastor Jiménez.
Durante el sexenio del Gobernador de Chiapas, Juan Sabines Guerrero, el estado vivió uno de los periodos más críticos de intolerancia religiosa, con cientos de expulsiones de familias evangélicas. Sin embargo, en la última década ha surgido un proceso de reconciliación.
“Hoy católicos y evangélicos conviven en armonía. Las expulsiones cesaron y hay libertad religiosa efectiva. Hay que reconocer el papel de las autoridades tradicionales que han promovido la paz”, destacó Jiménez.
Aun así, algunas familias continúan desplazadas o han debido pagar compensaciones para regresar a sus comunidades. La reconstrucción ha implicado adquirir terrenos y edificar nuevas iglesias, consolidando una presencia estable y pacificadora.
Cifras del desplazamiento religioso
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha documentado más de 30 mil casos de desplazamiento interno en Chiapas entre 1974 y 2016 por motivos de intolerancia religiosa.
Según el Censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el estado cuenta con 5.5 millones de habitantes, de los cuales 2 millones se identifican como protestantes o cristianos evangélicos, lo que lo convierte en el más diverso del país en materia de creencias.
La Subsecretaría de Asuntos Religiosos de Chiapas registró 955 casos de desplazamiento entre 2000 y 2018, concentrándose los más graves durante el sexenio de Sabines. Incluso este año se reportó un caso reciente en San Andrés Larráinzar, donde dos familias fueron expulsadas por negarse a participar en celebraciones religiosas tradicionales.
El movimiento de oración impulsado por los pastores de San Cristóbal de las Casas busca consolidar un mensaje de unidad, fe y esperanza. Más allá de las diferencias doctrinales, el propósito es que la oración se convierta en un puente hacia la paz social.
“El avivamiento espiritual que estamos viviendo es una oportunidad para construir armonía y sanar heridas históricas. Queremos que la oración sea el lenguaje común que una a todas las comunidades de Chiapas”, concluyó el pastor Jiménez.
Con esta convocatoria, los líderes evangélicos esperan inspirar no solo a su feligresía, sino también a toda la sociedad chiapaneca a fortalecer la convivencia pacífica y dejar atrás décadas de división religiosa.