Australia prohibe el uso de redes sociales a menores de 16 años

Niño, redes sociales
 Emily Wade | Unsplash

Australia ha aprobado una legislación que prohibirá a los menores de 16 años usar redes sociales, estableciendo las regulaciones más estrictas del mundo sobre el uso de plataformas digitales por parte de menores.

La medida, que no entrará en vigor hasta dentro de al menos 12 meses, contempla multas de hasta 50 millones de dólares australianos (32,5 millones de dólares estadounidenses) para las empresas tecnológicas que no cumplan con la normativa. El primer ministro, Anthony Albanese, calificó la nueva ley como esencial para proteger a los jóvenes de los "daños" de las redes sociales, una preocupación compartida por numerosos grupos de padres.

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"Este es un problema global, y queremos que los jóvenes australianos, esencialmente, tengan una infancia", declaró Albanese al presentar el proyecto en la Cámara Baja. "Queremos que los padres tengan tranquilidad".

La ley establece la restricción de edad más alta a nivel mundial para el uso de redes sociales y, notablemente, no permite excepciones para usuarios actuales ni mediante el consentimiento parental. Sin embargo, los críticos han expresado preocupaciones sobre cómo se aplicará la norma y sus posibles impactos en la privacidad y la conectividad social.

Después de ser aprobada en el Senado con 34 votos a favor y 19 en contra, el proyecto volverá a la Cámara de Representantes para la aprobación de enmiendas, donde se espera que pase debido a la mayoría del gobierno. La legislación no especifica qué plataformas estarán sujetas a la prohibición, dejando esa decisión al ministro de Comunicaciones, quien consultará con el Comisionado de Seguridad Electrónica (eSafety Commissioner), el regulador encargado de hacer cumplir las reglas.

Se espera que plataformas centradas en videojuegos o mensajería, así como sitios accesibles sin cuenta, como YouTube, queden excluidos. El gobierno planea implementar tecnología de verificación de edad para hacer cumplir la prohibición, y se realizarán pruebas de diversos métodos en los próximos meses. La responsabilidad de adoptar y gestionar estos procesos de verificación recaerá en las plataformas de redes sociales.

Investigadores digitales han expresado dudas sobre la fiabilidad de estas tecnologías, que podrían basarse en biometría o verificación de identidad, y han pedido garantías sobre la protección de la privacidad. También se ha señalado la facilidad con la que las restricciones podrían eludirse mediante herramientas como redes privadas virtuales (VPN), que pueden ocultar la ubicación de los usuarios. Es importante destacar que los menores que incumplan las normas no enfrentarán sanciones legales.

Aunque las encuestas disponibles son limitadas, sugieren un amplio apoyo a las medidas entre padres y cuidadores australianos. Amy Friedlander, una defensora parental, expresó alivio por la legislación, diciendo: "Durante demasiado tiempo, los padres hemos enfrentado la imposible decisión de ceder y darles a nuestros hijos un dispositivo adictivo o verlos aislados y sintiéndose excluidos. Hemos estado atrapados en una norma que nadie quiere".

A pesar de este apoyo, expertos han calificado la prohibición como "una herramienta demasiado contundente" para abordar las complejidades de los riesgos de las redes sociales y han advertido que podría empujar a los niños hacia rincones menos regulados de internet. Durante el breve periodo de consulta previo a la aprobación del proyecto, empresas como Google y Snap criticaron la vaguedad de la ley, mientras que Meta argumentó que sería "ineficaz" para mejorar la seguridad infantil.

TikTok expresó preocupaciones de que la amplia y ambigua definición de una plataforma de redes sociales podría abarcar casi todos los servicios en línea. X (antes Twitter) cuestionó la legalidad del proyecto, sugiriendo que podría entrar en conflicto con regulaciones internacionales y tratados de derechos humanos firmados por Australia. Mientras tanto, defensores juveniles acusaron al gobierno de ignorar sus voces en el debate.

"Entendemos que somos vulnerables a los riesgos y los impactos negativos de las redes sociales... pero necesitamos participar en el desarrollo de soluciones", escribió el Consejo Juvenil de Seguridad Electrónica, que asesora al regulador.

Albanese reconoció la complejidad de regular las plataformas digitales pero defendió firmemente la legislación. "Todos sabemos que la tecnología avanza rápido, y algunas personas intentarán encontrar formas de evadir estas nuevas leyes, pero eso no es razón para ignorar la responsabilidad que tenemos", afirmó.

Experiencias internacionales destacan los desafíos que podría enfrentar Australia. Francia introdujo una ley que exige el consentimiento parental para menores de 15 años en redes sociales, aunque investigaciones muestran que casi la mitad de los usuarios eludieron la prohibición con VPNs. En Estados Unidos, una ley similar en Utah fue declarada inconstitucional por un juez federal.

Líderes mundiales están observando de cerca el enfoque de Australia. Noruega ya ha anunciado planes para adoptar restricciones similares, y el secretario de tecnología del Reino Unido sugirió recientemente que una prohibición comparable estaba "sobre la mesa", aunque aclaró que no estaba bajo consideración inmediata.

El éxito de Australia en la implementación de estas leyes podría establecer un precedente sobre cómo las naciones abordan la compleja intersección entre la seguridad juvenil, la privacidad y la regulación tecnológica.

Publicado originalmente en Christian Daily International, versión en inglés de Diario Cristiano Internacional. 

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