
El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Albert Ramdin, inauguró este miércoles la 55ª Asamblea General del organismo, celebrada en Antigua y Barbuda, con un llamado de atención sobre el conflicto en Oriente Medio, tras los recientes bombardeos estadounidenses en Irán. Esta será una cumbre marcada por varios asuntos regionales e internacionales. Además del conflicto entre Irán e Israel, se debatirá sobre la influencia de China, la guerra entre Ucrania y Rusia, y la crisis en Haití.
Se espera que la reunión se centre en reformas “para garantizar que la institución se adapte a los nuevos tiempos”, según explicó a EFE Jason Marczak, director del Centro para América Latina Adrienne Arsht del Atlantic Council.
En su discurso inaugural, Ramdin enfatizó su llamado a la “desescalada” del conflicto en Medio Oriente, tras los recientes ataques de Estados Unidos contra Irán. La asamblea marca el debut de Ramdin, quien en mayo pasado sucedió en el cargo al uruguayo Luis Almagro. “La escalada de las recientes acciones militares en Oriente Medio y los conflictos en curso deben evitarse a toda costa”, declaró.
Las reacciones divergentes de los gobiernos latinoamericanos ante la decisión de Washington pusieron en evidencia la compleja y dividida geopolítica de la región, lo que podría dificultar alcanzar consensos en la Asamblea.
En vísperas del encuentro, el Departamento de Estado de Estados Unidos había instado a los países latinoamericanos a definir “de qué lado están” en relación al conflicto con Irán, luego del bombardeo estadounidense contra tres instalaciones nucleares iraníes el fin de semana pasado.
La ofensiva dividió a América Latina: Chile, Colombia y Brasil, de gobiernos de izquierda, criticaron el ataque por violar el Derecho Internacional y escalar la violencia. En tanto, la Argentina de Javier Milei respaldó a Estados Unidos, mientras que Cuba y Venezuela reiteraron su tradicional apoyo a Irán.
Por otra parte, en materia de geopolítica internacional, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, pidió a los Estados miembros de la OEA que mantengan la presión sobre Rusia. “Gracias a todos por ser verdaderos amigos de Ucrania y, por favor, mantengan la presión sobre Rusia de todas las maneras posibles. Es importante para la paz”, expresó en un mensaje en video, según Noticias SIN.
¿Otra vez censura?
En otro frente, la ONG CitizenGO denunció censura por parte de la OEA debido a mensajes anti woke exhibidos en Antigua. La organización instaló mantas publicitarias en el aeropuerto de la isla, en zonas clave como puertas de llegada, áreas de equipaje y controles migratorios, para manifestar su defensa de la vida y los valores tradicionales, informó Siete24 México.
“Venimos con un mensaje basado en el respeto por la vida y los valores familiares. El hecho de que haya generado una reacción tan fuerte demuestra lo importante que es seguir alzando la voz”, declaró Rocío D’Angelo, directora de Campañas de CitizenGO para América Latina.Según denunció D’Angelo en su cuenta de X, la OEA habría presionado al gobierno de Antigua y Barbuda para retirar todos los mensajes de la organización. Además, CitizenGO acusó que un representante de la OEA amenazó con revocar de forma permanente su acreditación y excluirlos del Diálogo de la Sociedad Civil.
Pese a ello, durante su intervención en dicho espacio, D’Angelo advirtió: “Si esta Asamblea General va a abordar el desafío de desarrollar economías inclusivas, hablemos también de libertad, porque vemos con preocupación que se persigue al que piensa distinto, se etiqueta, se cancela y se anulan las miradas plurales o divergentes sobre los debates”.
Por su parte, la representación de la Alianza Evangélica Latina (AEL) no emitió ningún comunicado sobre posibles episodios de censura en la Asamblea. Cabe recordar que desde febrero de este año, el canciller de AEL, el Rev. Eduardo Gómez, ocupa también el cargo de comisionado para la libertad religiosa en las Américas dentro de la OEA.
Esta oportunidad de servicio brinda la posibilidad de mantener una voz activa y de representación cristiana, provida y profamilia, en los debates de la sociedad civil y espacios multilaterales donde se discuten temas fundamentales como la vida, la familia y la libertad de religión.