
Rodrigo Paz Pereira juró como nuevo presidente del Estado Plurinacional de Bolivia durante una ceremonia en la Asamblea Legislativa, marcando el inicio de una nueva etapa política tras dos décadas de predominio del Movimiento al Socialismo (MAS).
Acompañado por su vicepresidente, Edman Lara, el mandatario asumió con el compromiso de restaurar la confianza ciudadana, promover el diálogo y enfrentar la crisis económica que atraviesa el país.
De acuerdo con medios internacionales, Paz Pereira llega al poder respaldado por una coalición de sectores moderados y regionales, con un discurso centrado en la unidad, la reconciliación y el fortalecimiento institucional. Su asunción simboliza el cierre de un largo ciclo político y la apertura de una etapa que busca estabilidad económica, gobernabilidad y consenso social.
En diálogo con Diario Cristiano, la locutora y productora audiovisual Angélica Barrientos, desde La Paz, expresó: “Creo que es un momento de transición y esperanza. Confío en Dios en que este nuevo gobierno impulse el diálogo y las reformas necesarias para fortalecer la democracia. Estamos viviendo tiempos muy difíciles económicamente, y oramos para que el país encuentre un equilibrio entre justicia social, estabilidad y crecimiento”.
Por su parte, el periodista Gonzalo Rocha, de Radio Panamericana, señaló a Diario Cristiano que existe una alta expectativa entre los bolivianos: “La población le está dando al nuevo presidente un voto de confianza. Representa una posición de centro que puede unir a un país polarizado. Lo que Bolivia más necesita hoy es unidad. Él ha dicho que de ideología no se come, se come de trabajar, y eso refleja el anhelo de un pueblo cansado de la división”.
Desde una mirada ciudadana y de fe, la abogada Fátima Oliva, presidente de AEL Mujer (departamento femenino de la Alianza Evangélica Latina) destacó en conversación con Diario Cristiano los primeros gestos del nuevo gobierno: “Después de 20 años, recibimos a nuestros gobernantes con gratitud a Dios. Se ha restituido la Biblia y los símbolos patrios en los poderes del Estado. Hemos visto llegar camiones con diésel y gasolina, lo que devuelve la esperanza de reactivación. Respiramos libertad y, como creyentes, asumimos el compromiso de orar y actuar para sacar adelante a Bolivia”.
La llegada de Rodrigo Paz a la presidencia marca, para muchos bolivianos, no solo un cambio político, sino también una oportunidad para la reconciliación nacional y la reconstrucción espiritual del país. En palabras de Barrientos, “más que el fin de una ideología, es el comienzo de una etapa distinta, con nuevos equilibrios políticos y la esperanza de que Dios renueve a nuestra nación”.
Un gesto simbólico: el reloj que vuelve a la normalidad
El reloj que marca el paso del tiempo en la fachada del edificio del Congreso boliviano, ubicado en la Plaza Murillo de la ciudad de La Paz, marchaba al revés. Sus manecillas giraban hacia la izquierda y los números estaban invertidos: iban del 12 al 1.

Según la disposición de las autoridades durante el mandato de Evo Morales, el símbolo del “cambio político” en la región andina también debía reflejarse en el sentido del reloj. Aquella medida generó sorpresa y algunas burlas en los medios y redes sociales. Denominado como el reloj del sur, fue diseñado para representar una visión ideológica del tiempo y la identidad cultural boliviana.
El pasado viernes 7, previo a la asunción presidencial de Rodrigo Paz, el reloj del ex Palacio Legislativo dejó de funcionar incorrectamente, a once años de haberse modificado para girar de derecha a izquierda por iniciativa del entonces vicepresidente David Choquehuanca en 2014.





