
Lo que debía ser un acto simbólico de acompañamiento y oración terminó en una violenta represión. Referentes de distintas comunidades religiosas fueron agredidos éste miércoles por efectivos de las fuerzas de seguridad, mientras intentaban expresar su solidaridad con los jubilados que, cada miércoles, se concentran frente al Congreso de la Nación para reclamar por ingresos dignos.
Frente al poder legislativo, el pedido es pacífico y claro: una solución urgente y jubilaciones que permitan vivir con dignidad. Sin embargo, recientemente la respuesta ha sido sistemáticamente la misma: represión. En esta ocasión, los gases y los palos de la policía no solo se dirigieron contra los adultos mayores, sino también contra las organizaciones religiosas que se acercaron a acompañarlos con oraciones, abrazos y gestos de solidaridad.
La actividad, organizada por la Mesa Ecuménica, convocaba a representantes de diversas tradiciones de fe —cristianas, judías, musulmanas y de otras espiritualidades— bajo la consigna: “Desde la fe abrazamos y bendecimos a jubiladas y jubilados”. Sin embargo, al llegar al lugar, los participantes se encontraron con el espacio completamente vallado, una situación inédita en semanas anteriores.
Lo que siguió fue un operativo represivo ordenado por el Ministerio de Seguridad, encabezado por la Ministro de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, que terminó con religiosos golpeados y afectados por gases lacrimógenos. Entre los agredidos estuvieron Luis María Alman Bornes, de la Iglesia Anabautista Menonita, quien debió recibir atención médica; el Padre Paco, conocido cura que trabaja en favor de los pobres; y el pastor Gerardo Oberman, de las Iglesias Reformadas.
Diario Cristiano conversó con el pastor Oberman, quien relató: “desde la Mesa Ecuménica por la Vida, la Democracia y el Bien Común, conformada por diversos espacios de fe (católicos, evangélicos, protestantes) y también invitando a otras expresiones de fe no cristiana, quisimos expresar nuestra solidaridad ante los justos reclamos semanales de personas jubiladas y pensionadas que no alcanzan a cubrir sus necesidades mínimas ni acceder a salud de calidad y medicación por causa de las políticas de ajuste del actual gobierno”.

Oberman, quien acompaña pastoralmente las protestas de manera firme pero pacífica, explicó: “La idea era orar, expresar desde la fe que nuestra vocación es acompañar los reclamos por justicia, dignidad y plenitud de vida. Pero, enteradas las fuerzas de seguridad de esta actividad, vallaron todo el Congreso impidiendo la realización de la oración”.
Además, contó que al intentar reunirse en otro espacio para orar o definir cómo continuar, “las fuerzas represivas generaron un caos innecesario, gaseando, golpeando y maltratando a todos los referentes de fe presentes”.
Según el líder de fe esta represión viene escalando desde protestas anteriores. Oberman recordó: “La semana anterior habían golpeado e intentado detener al Padre Paco, de Curas en Opción por los Pobres. Y por esa razón esta semana quisimos ir más personas desde espacios de fe”.
Junto a ellos también fueron víctimas de la represión el Padre Rodolfo Viano, franciscano; el diácono Ricky; el pastor pentecostal Diego Mendieta; la pastora Viviana Pinto, metodista; Daniel Beros y Javier Gross, de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata; Elsa Oshiro, de la Iglesia Discípulos de Cristo y presidenta del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos; además de curas villeros y el dirigente social Esteban “Gringo” Castro, quien portaba una imagen de la Virgen María.
“A Jesús quisieron callarlo con la represión del imperio y no pudieron. Tampoco podrán con el pueblo en unidad y con los diversos espacios de fe abrazando al pueblo”.
Desde la Mesa Ecuménica denunciaron la brutalidad del operativo: “Este ensañamiento con quienes buscábamos solo expresar nuestra solidaridad, orar y abrazar a los representantes de las organizaciones de jubiladas y jubilados fue y seguirá siendo absolutamente abusivo e innecesario”, manifestaron en un comunicado.
El hecho provocó una fuerte reacción en redes sociales, donde circularon imágenes y videos que mostraron la desmedida violencia contra los referentes religiosos. Distintas agrupaciones de derechos humanos y espacios de fe anticiparon nuevas acciones para exigir respeto a la libertad de expresión y a la actividad pastoral y solidaria.
Desde la organización advirtieron: “A Jesús quisieron callarlo con la represión del imperio y no pudieron. Tampoco podrán con el pueblo en unidad y con los diversos espacios de fe abrazando al pueblo”.
También la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) expresó su repudio a través de un comunicado en el que señaló su “enérgico repudio al actuar represivo de las fuerzas de seguridad que, siguiendo órdenes del Ministerio de Seguridad, atacan con violencia a quienes pacíficamente reclaman por los derechos de jubilados y jubiladas a vivir con dignidad”.
“Sostiene nuestra fe la certeza de que Dios da su bendición a quienes trabajan por la justicia”.
Agregaron además que “acciones como estas no pueden naturalizarse. No nos podemos acostumbrar a que las fuerzas de seguridad repriman criminalmente”.
Asimismo, exigieron al Gobierno Nacional y a la ministra de Seguridad que se derogue el Protocolo para el mantenimiento del orden público ante el corte de vías de circulación, argumentando que, tal como habían advertido desde su promulgación, “solo se utiliza para reprimir y amedrentar a quienes expresan su rechazo a un modelo de ajuste en el cual los jubilados y jubiladas se llevan la peor parte”.
La FAIE concluyó expresando su compromiso con la justicia y la dignidad: “sostiene nuestra fe la certeza de que Dios da su bendición a quienes trabajan por la justicia”.