
El pastor Wilmer Castellanos, de 55 años, fue asesinado de manera violenta a machetazos la mañana de este domingo en Santa Bárbara, Honduras, justo cuando se preparaba para iniciar un culto en la iglesia Alfa y Omega, ubicada en el sector Las Flores, comunidad Los Laureles. El ataque causó conmoción y dolor profundo en la comunidad evangélica local y en el país entero.
Según el diario La Prensa, un hombre, aparentemente bajo el efecto de sustancias psicotrópicas, se acercó sin mediar palabra al pastor Castellanos y comenzó a atacarlo brutalmente con un machete, dijeron testigos. La violencia del ataque fue tal que el líder religioso perdió la vida de manera inmediata. Aunque vecinos intentaron trasladar al pastor a un centro hospitalario cercano, al llegar ya había fallecido debido a las heridas sufridas.
Las autoridades policiales confirmaron la apertura de una investigación para esclarecer los hechos y dar con el paradero del agresor, quien huyó del lugar tras cometer el crimen.
Este hecho no solo impactó a los feligreses, sino también a la sociedad hondureña en general, y puso en evidencia la difícil situación de seguridad que enfrentan líderes religiosos en varias regiones.
A pesar de la tragedia, la comunidad evangélica expresó su firme voluntad de seguir adelante en su misión espiritual. La Confraternidad Evangélica de Honduras, junto con otras iglesias y organizaciones religiosas, reiteraron su compromiso con la paz y la justicia, haciendo un llamado claro a la unidad y al fortalecimiento de los valores cristianos en medio de la violencia que azota el país.
Precisamente, en medio de este clima tenso, las iglesias evangélicas y católicas han convocado para el próximo 16 de agosto a una caminata interreligiosa por la paz, la justicia y la defensa de la familia. Este evento busca unir a la población en oración y manifestación pacífica, alejándose de cualquier color político o partidista, y centrando el mensaje en la esperanza y el amor al prójimo. La convocatoria ha recibido el respaldo de organizaciones como el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) que reconocen el valor de esta iniciativa en un contexto social y político complejo.
Las autoridades hondureñas, por su parte, anunciaron que garantizarán la seguridad durante la caminata, desplegando un operativo especial para proteger a los participantes y evitar incidentes que puedan empañar la jornada. La organización del evento aseguró que la movilización tendrá un carácter pacífico y espiritual, y que la comunidad está preparada para demostrar que la fe puede ser un motor de transformación social y reconciliación.
Mario Banegas, presidente de la Asociación de Pastores de Tegucigalpa (APT), denunció haber recibido "amenazas de muerte" por su participación en la caminata convocada por las iglesias Católica y Evangélica.
“Creo que siempre habrá amenazas de muerte, a veces verbales, otras mediante mensajes, incluso desde perfiles falsos”, expresó Banegas.
Las amenazas llegaron principalmente a través de mensajes y cuentas falsas en redes sociales. Banegas detalló que algunos le indicaron que “me calle la boca, que no salga el día de la caminata”.
El asesinato de éste domingo puso en alerta a los líderes religiosos, quienes han manifestado su preocupación por la escalada de violencia que sufren tanto ellos como sus comunidades. Sin embargo, también resaltaron que la respuesta debe ser de firmeza en la defensa de la vida, la justicia y la paz, y no de miedo o desánimo. El pastor Wilmer Castellanos será recordado como un hombre entregado a su vocación, dedicado a guiar a sus fieles y a trabajar por el bienestar espiritual de su comunidad.