Sin duda el delito que remueve hasta lo más profundo del ser es aquel que involucra a un menor, a un indefenso infante o peor aún, a un niño por nacer. Muchos niños alrededor del mundo son transformados en mercancía y de ser sujetos de derecho pasan a ser un objeto de intercambio comercial que empieza con el embarazo y la búsqueda de bebé.
Las legislaciones que desalientan la adopción, y promueven la oferta de vientres como transacción, la venta de bebes recién nacidos, hacen que la necesidad se empate con el crimen, y que una persona se convierta en una mercancía (niños commodities). Antes de accededer a la dignidad de pertenecer a una familia que le dé identidad, amor y protección, son tratados como un objeto comercial o un sujeto sin derechos.
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América Latina sufre el flagelo del crimen organizado, que causa estragos en varios países y golpea incluso a los mismos gobiernos. Los países miembro de la Organización de los Estados Americanos (OEA) centran su interés en la búsqueda de mecanismos que les permita frenar a las mafias del narcotráfico, lavado de dinero, trata de personas y ciberataques.
De manera especial, es necesario proteger a los niños, niñas y adolescentes que están siendo el blanco fácil y directo de este verdadero flagelo -ACIERA.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) advierte con preocupación que la diversificación de las actividades ilícitas de los grupos criminales “tiene efectos nefastos en los niños, niñas y adolescentes, que aparecen como unas de sus principales víctimas con altos índices de violencia contra la niñez".
Agrega la CIDH que "se destacan las actividades relacionadas con la producción, la distribución y el tráfico o venta de drogas y estupefacientes ilegales; la trata y explotación sexual en diversas modalidades, entre ellas el turismo sexual, la pornografía infantil y la utilización de niñas, niños y adolescentes en la prostitución; la trata con fines de explotación laboral, y el tráfico de migrantes asociado con las situaciones de abuso y violencia ejercidas por los traficantes. Adicionalmente, estas son formas de explotación que pueden aparecer interrelacionadas”.
En la Argentina aún nadie puede impedir que el crimen organizado se ocupe de lo que no se ocupa el Estado. Los menores transformados en mercancía no son la excepción en el país sudamericano. Esto ocurre muy habitualmente en el norte del país. La pobreza y los pasos fronterizos son un verdadero colador por donde el tráfico ilegal de estupefacientes, mercancías y personas hace lo que quiere. Las organizaciones criminales saben de la fragilidad de la Argentina para enfrentarlas ante la falta de respuesta o la complicidad de las fuerzas de seguridad y justicia. Los lugares donde esto ocurre están tan alejados de las grandes urbes que suelen ser el paso para la delincuencia.
Argentina está consternada desde hace ya casi tres semanas por la desaparición de un niño de 5 años, Loan Danilo Peña, en la provincia de Corrientes en el Paraje Algarrobal en medio del monte. El menor cabalgó con su papá, José Peña, varios kilómetros para darle una sorpresa a su abuela, que los había invitado y sospechaba de la visita de su hijo como todos los domingos y cada vez que hay feriado. No sabía que iría con su nieto menor, al que no conocía por la mala relación que mantiene con la nuera. Toda la familia es un enredo de relaciones complicadas, de sospechas internas y de mentiras por doquier.
Loan desapareció de la casa de su abuela. Nadie vio nada a pesar de estar todos juntos y de haber otros menores de edad. Un encuentro familiar enrarecido, agravado por la veneración a un santo.
“En mayo perdí mi celular. Ya habían pasado seis días que no aparecía", narra la abuela del niño. "Estaba sentada en el patio, vi pasar las dos gallinas y le dije a San Antonio que si aparecía mi teléfono se las iba a ofrendar a él. Al rato nomás, me llamaron... para decirme que había aparecido y a la tarde me lo trajeron acá. Cumplí con él y me vino a castigar más grande y me hizo perder a este nieto”, relata al diario LA NACION Catalina Peña, anfitriona de aquel encuentro en el que, para la Justicia, se orquestó un plan para raptar al chico de cinco años con fines de trata.
Loan fue visto por última vez cuando recogía naranjas junto con sus primos, su tío y una pareja de amigos de su tío, en la finca de su abuela. El grupo relató que el niño simplemente desapareció tras alejarse del naranjo, a unos 600 metros de la casa donde todos acababan de almorzar junto con otros familiares y amigos.
Van 19 días desde la desaparición y nadie sabe qué sucedió. Hay varias especulaciones e hipótesis distintas. El abogado penalista Guillermo José Cusa, especialista en temas de trata de menores, aseguró ante las cámaras de televisión que "en el último tiempo hubo casi 30 menores desaparecidos en la provincia de Corrientes”.
La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), expresó “su gran preocupación, no sólo por el caso particular y que afecta a un niño de corta edad, sino por la aberrante práctica de la ‘trata de personas’, más allá de que este caso está en plena investigación y que ninguna hipótesis estaría descartada”, en un comunicado que compartió a los medios de comunicación.
“Como iglesias evangélicas, nuestra misión es salvaguardar la integridad de todas las personas. Y así hemos trabajado y seguimos haciéndolo en tareas de difusión, concientización del tema; pero aun denunciando situaciones puntuales, cuando se dieron las circunstancias", expresa el comunicado de la alianza evangélica.
"Pero también rogamos a Dios por el pronto esclarecimiento de este caso. De manera especial, es necesario proteger a los niños, niñas y adolescentes que están siendo el blanco fácil y directo de este verdadero flagelo, en especial los que viven en las zonas fronterizas de nuestro extenso país. Para ello son necesarias normas jurídicas adecuadas que tiendan a la protección integral, en atención al interés superior del niño”, afirmaron en el documento que lleva la firma del Consejo Ejecutivo de ACIERA.
El caso sigue sin esclarecerse. La trama va desde accidente o travesura, pasando por un homicidio culposo, desaparición por trata o tráfico de órganos. Lo cierto es que hace 19 días que Loan no está en su casa, con su familia que lo sigue buscando.