
La Experiencia Gospel 2025 transformó el centro de Buenos Aires en una celebración multitudinaria de fe, arte y cultura. Miles de personas recorrieron la Avenida Diagonal Norte hasta la famosa Plaza de Mayo —unos mil doscientos metros— donde se desplegó un circuito artístico que integró música, danza, literatura, ciencia y testimonio espiritual.
El festival se realizó este lunes y se extendió desde la mañana hasta la noche, con la participación de más de dos mil colaboradores provenientes de distintas iglesias de la ciudad. Una jornada que expresó unidad y visibilizó el cuerpo de Cristo en el espacio público.
Desde temprano, familias, jóvenes y comunidades cristianas se instalaron a lo largo del corredor urbano que conecta el Obelisco con la histórica plaza.
El acceso fue libre y gratuito, y el clima fue favorable para el desarrollo de las actividades. El escenario principal, ubicado en Plaza de Mayo, fue el epicentro del encuentro. Allí actuaron coros gospel, bandas, agrupaciones vocales y DJs, con un espectáculo que reunió a más de dos mil artistas.
La puesta combinó interpretaciones musicales, danza y un repertorio que abrazó tanto la tradición del gospel como la música popular contemporánea.

En el otro extremo de Diagonal Norte, donde se ubica el Obelisco, se montó un segundo escenario que amplió la propuesta musical.
Durante la tarde se alternaron bloques de reggae, blues, indie, rock y cumbia, permitiendo que cada público encontrara su espacio. La iniciativa demostró cómo la cultura gospel dialoga con géneros urbanos y populares sin perder su identidad espiritual y comunitaria.
Entre los espacios temáticos, la Experiencia Kids concentró la atención de los más pequeños. Juegos, pintura, teatro y actividades interactivas convocaron a familias que buscaban propuestas pensadas para niños.
El sector deportivo también atrajo a jóvenes y adultos con partidos, exhibiciones y ejercicios recreativos junto a atletas invitados.
Una de las novedades de esta edición fue el área de ciencia, cultura y espiritualidad. Organizada por la Universidad Evangélica, presentó demostraciones de robótica y tecnología aplicada, junto a una experiencia inmersiva del Museo de la Biblia de Washington D.C. La propuesta generó diálogos intergeneracionales acerca de la fe, la historia y el conocimiento bíblico.
Las artes plásticas tuvieron un lugar destacado. Sobre Diagonal Norte se distribuyeron stands de pintores, escultores y escritores, además de talleres creativos abiertos al público. Visitantes, artistas y líderes comunitarios compartieron espacios de reflexión y creación en un clima de encuentro colectivo.
El Cuerpo de Bomberos participó con demostraciones y simuladores, acercando su labor al público y ofreciendo charlas de prevención. Esto llamó la atención de vecinos que circulaban por la zona sin conocer la naturaleza del evento.
Pedro, residente del barrio de Monserrat, relató que no sabía de la Experiencia Gospel. “Me acerqué por los bomberos y la charla. Vivo cerca y vine a tomar un café al Tortoni y me encontré con este despliegue lleno de pibes”. Al consultarle si asistía a una iglesia evangélica, respondió que “no” y explicó que es “agnóstico”. Añadió que “cuando la religión hace cosas para el bien común, lo apoyo. La sociedad necesita ser más solidaria y comprensiva, especialmente con los que somos mayores”.
Según datos de ediciones anteriores, la Experiencia Gospel reunió a más de 80.000 personas y congregó a más de 2.000 artistas. La edición 2025 reafirmó esa magnitud. Pastores y referentes de distintas denominaciones destacaron la integración entre expresión espiritual y creatividad colectiva.

Para muchos asistentes, la Experiencia Gospel fue más que un festival. La organización subrayó que busca “sacar la iglesia a la calle”, conectar la fe con el espacio público y generar un lugar de adoración en comunidad. La presencia de coros y danzas, junto con actividades sociales y culturales, dio forma a una expresión de espiritualidad abierta y diversa, propia de la tradición gospel.
Estefi, del barrio de Belgrano y miembro de la Iglesia Rey de Reyes, expresó: “Esto es como el evento de Operación Vida. Venís, servís y predicás con el ejemplo. Traje amigas que no conocen a Jesús para que vean lo que hacemos en la iglesia. Me invitaron el año pasado y este no me lo quise perder”.
Desde Quilmes, Nahuel llegó en bicicleta. “Me hice 33 kilómetros con chicos de la iglesia. No sé si me quedaré hasta la noche, pero ahora lo disfruto a pleno. Ejercicio y música cristiana en escenarios increíbles. No hay mejor plan para este fin de semana largo”, contó.
A un costado del escenario de Plaza de Mayo, mientras el coro Afro Sound Choir desplegaba su show, Antonio y Concepción —un matrimonio de unos 70 años— descansaban en reposeras, tomando mate y comiendo sándwiches. “Nos vinimos preparados. Mi nieto participa más tarde y esta música me encanta”, dijo ella, vecina de Núñez. Antonio, emocionado, agregó: “A mí esto me llena el alma. Escuchá esas voces, armoniosas, con matices distintos… es un bálsamo. Así vamos a cantar todos en el cielo”, mientras extendía un mate para compartir.
A medida que avanzaba la tarde, las diferentes expresiones artísticas, los testimonios de vida y el ambiente de adoración delinearon un panorama amplio de cómo la iglesia se inserta en la vida social argentina. El contraste más grande, quizás, es que mientras en otra provincia se celebra el October Fest y con cervezas y desenfreno, en Buenos Aires sucedía Experiencia Gospel un espacio para toda la familia.
La jornada culminó con una multitud reunida ante el escenario principal. Entre música y oraciones, la Experiencia Gospel 2025 dejó una huella visible en el paisaje porteño. La ciudad se mostró atravesada por cultura, fe y comunidad, en una de las manifestaciones públicas cristianas más relevantes del calendario urbano.





