El domingo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia anunció que el presidente Bashar al-Assad había dimitido y abandonado Siria, lo que supuso una estremecedora caída para un gobernante que llevaba años confiando en el apoyo de Moscú y Teherán para resistir a las fuerzas rebeldes, según informaron el New York Times y otros medios de comunicación.
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La salida de al-Assad se produjo tras una rápida ofensiva de los rebeldes opuestos a su gobierno, marcando un momento sísmico en la historia de Siria. Su familia había gobernado el país con un férreo control desde principios de la década de 1970. Este acontecimiento supuso un importante avance para las facciones rebeldes que han pasado más de una década intentando derrocarlo, gran parte de ella durante una devastadora guerra civil.
Para muchos sirios, la salida de al-Assad simboliza la esperanza, ya que les libera de un régimen que ha utilizado métodos brutales para suprimir las libertades. Sin embargo, también da paso a un periodo de incertidumbre sobre el futuro liderazgo de Siria y suscita el temor a un posible vacío de poder, dada la fragmentación de las facciones que se disputan el control territorial.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso no proporcionó detalles sobre el paradero del Sr. al-Assad, afirmando únicamente que había entablado conversaciones con “varias partes del conflicto armado.” La presidencia siria no hizo comentarios sobre su renuncia.
A primera hora del domingo, la principal coalición rebelde, Hayat Tahrir al-Sham, anunció a través de su canal de Telegram que había tomado el control de Damasco, lo que provocó la retirada de las fuerzas sirias.
La televisión estatal elogió inicialmente las defensas de al-Assad, pero más tarde emitió un anuncio por parte de nueve rebeldes. “La ciudad de Damasco ha sido liberada, el tirano Bashar al-Assad ha sido derrocado”, declaró un rebelde, añadiendo: “Larga vida a una Siria libre e independiente para todos los sirios de todas las sectas”.
Estos acontecimientos culminaron en un dramático periodo de dos semanas durante el cual una coalición de grupos rebeldes, antes confinada a una pequeña región del noroeste de Siria, avanzó por las principales ciudades, rompiendo un estancamiento de larga duración en la guerra civil siria, que dura ya 13 años.
El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní subrayó en un comunicado que determinar el futuro de Siria es “responsabilidad exclusiva” del pueblo sirio. El ministerio abogó por un diálogo nacional en el que participen todos los sectores de la sociedad siria para establecer un nuevo gobierno. Irán ha sido uno de los principales partidarios del régimen de Assad.
Sin embargo, han surgido preocupaciones sobre la toma del poder por parte de los rebeldes, especialmente entre los cristianos. The Christian Post informó a principios de mes de que los militantes habían empezado a retirar adornos navideños y habían decapitado a soldados capturados. La Fundación Cristiana Iraquí instó a orar por los cristianos y otras minorías de la ciudad de Alepo.
La organización de derechos humanos, Christian Solidarity International, expresó su alarma por el control de Alepo por parte de la organización islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) comparándolo con la toma de Mosul en 2014 por el Estado Islámico. Christian Solidarity destacó el historial de HTS de imponer una estricta ideología supremacista suní, que ha infundido miedo entre las diversas comunidades religiosas de Alepo, incluidos cristianos, alauíes, chiíes y suníes no observantes.
La Comisión de Investigación de Naciones Unidas sobre Siria ha documentado el duro gobierno de HTS, que incluye ejecuciones, torturas, violencia sexual, detenciones arbitrarias y profanación de lugares religiosos. Estas prácticas se hacen eco del severo régimen experimentado durante su control anterior de 2012 a 2016.
Nuestro medio, Christian Daily International ha visto muchas peticiones de oración enviadas por cristianos en el país, algunos también reconociendo que la situación cambia de un momento a otro, por lo que es difícil entender lo que sucederá a continuación.
Haciéndose eco de lo que probablemente será la esperanza de muchos cristianos en Siria, un líder cristiano dijo: “Oramos por la protección de Dios para que se haga su perfecta buena voluntad en Siria. Que el Señor gobierne nuestras naciones con su amor, justicia, misericordia y soberanía. No más sangre, no más venganza, no más víctimas”.
Publicado originalmente en Christian Daily International, versión en inglés de Diario Cristiano Internacional.