Más de cien evangélicos que fueron desplazados en el mes de abril de las comunidades de Coamila y Rancho Nuevo en Huejutla de Reyes, estado de Hidalgo, México, siguen sin recibir una solución al conflicto religioso que se ha presentado en esa zona. El gobierno de Hidalgo no ha logrado dar una respuesta a un problema que es cada día más complejo.
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Para José Arturo Sosa, titular de la Subsecretaría de Gobierno en Hidalgo, la situación que viven los 150 evangélicos en la Huasteca es “interna”.
Pese a los testimonios y denuncias que han manifestado los desplazados desde el 26 de abril, en la óptica del funcionario, el origen del conflicto no es de cuestión religiosa, ya que a su punto de vista se tienen “varias aristas”.
“El Gobierno está tomando cartas en el asunto, las personas de determinado grupo religioso al parecer se abstenían de realizar las faenas que de manera común todos los integrantes de estas dos comunidades debían realizar por sus usos y costumbres”, indicó Sosa.
El funcionario estatal reconoció que la pugna no es sencilla de resolverse, pero que es a través de la subsecretaria del gobierno de Hidalgo en la Huasteca, representada por Marco Antonio Ramos, que se han tenido varios acercamientos con ambas partes del conflicto para que se resuelva, -sin precisar el momento-, “de la mejor manera”.
Al ser cuestionado sobre las quejas de los desplazados en el sentido de que no cuentan con los servicios básicos en el deportivo Colalambre de Huejutla, “No tengo reportes de que haya una desatención, están en un lugar donde tienen agua, ha estado presente la Comisión de Derechos Humanos”.
Sin embargo, en videos que fueron enviados a Revista Informa, se puede apreciar que existen condiciones insalubres en las instalaciones de Colalambre, sitio donde se encuentran refugiados hombres, mujeres y niños desde hace tres meses.
Algunas mujeres reportan dolor de estómago y de oídos, además de falta de agua, por lo que han tenido que improvisar baños con plásticos para poder asearse.
La comida es suministrada por las congregaciones de evangélicos que se han sumado para ayudarles, sin que hasta el momento se tenga certeza de lo que les depara su futuro inmediato.