
SAN PEDRO SULA, HONDURAS – En una de las alocuciones más sinceras y confrontadoras del congreso COICOM 2025, el reconocido cantante y pastor mexicano Marco Barrientos hizo un vehemente llamado a desmantelar la "cultura de celebridad" dentro de la iglesia evangélica, advirtiendo sobre sus peligrosas consecuencias espirituales y emocionales.
Durante una conferencia de prensa este martes, Barrientos reveló que, tras un profundo proceso personal que incluyó una grave crisis de salud, ha decidido dejar de tomarse fotografías con el público para no alimentar un sistema que, asegura, "está haciendo mucho daño a los que se paran en una plataforma".
Diario Cristiano Internacional se encuentra en San Pedro Sula cubriendo el congreso de COICOM que dio inicio este lunes.
El pastor explicó que su decisión, aunque pueda parecer extraña para muchos, es un paso práctico para contrarrestar una dinámica que valora la fama por encima de la comunidad. "Quiero explicar por qué, y quiero pedirles que se sumen", expresó Barrientos a los comunicadores presentes. "El tema de las fotos alimenta una cultura de celebridad en vez de una cultura de comunidad".
Barrientos fue más allá y señaló directamente a la "industria de la música cristiana", afirmando que, si bien está compuesta por "personas preciosísimas", como sistema se está "apartándose del camino por donde yo personalmente quiero andar". Advirtió sobre el error de creer que los ministros son famosos o celebridades con "derechos especiales", una mentalidad que, en su opinión, es contraria al evangelio.

“Ser una celebridad te mata”
El momento más intenso de su intervención llegó cuando describió el aplauso y el reconocimiento como un "falso elixir" que beben quienes están en una plataforma, a menudo para compensar vacíos y conflictos internos. "Esa persona [...] está bebiendo de esta gente la atención, el cariño, está alimentando su alma de eso porque hay issues, hay problemas adentro y, 'por favor, que alguien me diga que soy maravilloso, porque me siento tan conflictuado en mi interior'".
Con una seriedad palpable, Barrientos citó a un reconocido actor secular para enfatizar su punto: "por eso es que este hombre dijo, 'ser una celebridad te mata'".
Barrientos vinculó directamente esta cultura tóxica con la creciente y trágica crisis de salud mental entre los líderes cristianos. "Por eso es que hay pastores hoy que se están suicidando", declaró. Explicó que la presión por mantener una imagen crea una dualidad insostenible "entre lo que pasa en una plataforma y lo que es la realidad de la vida cotidiana". Muchos ministros, dijo, están deprimidos, pero se suben al púlpito, sonríen y al bajar su situación es aún peor.

Una revelación nacida en la crisis
Barrientos testificó que esta profunda convicción no es teórica, sino el resultado de un trato directo de Dios durante uno de los momentos más oscuros de su vida. Relató su grave proceso de salud que, en octubre de 2020, casi le cuesta la vida. "Cuando yo casi me muero, ahí fue cuando el Espíritu Santo me dijo, 'Okay, ahora sí, ahora sí vas a estar quietecito. Ven, quiero hablar contigo'".
Fue en ese tiempo que el Señor le permitió ver el peligro en el que se encontraba y lo confrontó con áreas de su alma que había descuidado, como la amargura y rebeliones que "disimulaba muy bien". Habló con transparencia sobre su propia lucha contra la depresión y cómo la gracia de Dios lo ha ido sanando.
Un llamado a los comunicadores para cambiar la narrativa
Hablando directamente a los periodistas y trabajadores de medios, Barrientos les encomendó una misión crucial: usar su influencia para transformar el discurso.
"Ustedes tienen un poder extraordinario para cambiar la narrativa", afirmó. Les pidió que abandonaran las preguntas superficiales y que, en cambio, desafiaran a los líderes con interrogantes que promuevan la integridad y la salud espiritual.
"Pregúntenles, es más, desafíenlos con sus preguntas. ¿Cómo crees que es posible para una persona que tiene reconocimiento como tú, guardar su corazón y no contaminarse con el espíritu del mundo? A ver, hazle esa pregunta, a ver, a ver cómo te contesta".
Antes de concluir, Barrientos animó a los comunicadores a recordar que su valor no reside en la visibilidad, sino en su fidelidad a Dios, ya sea "detrás de la cámara y no frente a la cámara". Cerró su participación con una sentida oración, pidiendo a Dios gracia para que cada comunicador pueda cumplir con su llamado y ministerio.