Este domingo culminó oficialmente la edición 2024 de los Juegos Olímpicos realizados en París. Luego de haber empezado con una ceremonia de inauguración burda y nefasta para la fe cristiana, el testimonio de los atletas fue una marca distintiva para este año. Quizás como respuesta a la afrenta que motivó a la valentía de quienes fueron a probar batir records olímpicos y batieron uno que no esperaban: haber sido la Olimpiada con más expresiones de alabanza a Dios.
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Testimonios como el de Yemisi Ogunleye, de Alemania quien dijo: "Estaba orando. Fue el momento en el que supe que, si tenía fe, era capaz de hacer más de lo que puedo pensar o pedir”. Ella ganó medalla de oro en lanzamiento de bala femenino.
En su primer lanzamiento, resbaló y cayó debido al agua acumulada por la lluvia. Superó el mal momento con la ayuda de Dios. "En ese instante, simplemente tomé toda la energía que me quedaba y la puse ahí", indicó Ogunleye a la prensa internacional. Cuando llegó el turno de un nuevo intento logró lanzar la bala a 20 metros de distancia. La fuerza y la tenacidad vinieron de su fe en un Dios que “todo lo puede”.
"Estaba orando. Fue el momento en el que supe que, si tenía fe, era capaz de hacer más de lo que puedo pensar o pedir” - Yemisi Ogunleye.
En conferencia de prensa la deportista admitió que mientras buscaba reponerse de su caída cantó una canción de iglesia denominada “I Almost Let Go” cuya letra dice: “Casi me dejo ir. Sentí que ya no podía aguantar más la vida. Mis problemas me tenían atado. La depresión me pesaba. Pero Dios me abrazó… Estaba justo al borde de un gran avance. Pero no pude verlo, el diablo realmente me tenía. Pero Jesús vino y me agarró. Y él me abrazó cerca, para que no me soltara. La misericordia de Dios me mantuvo para que no me soltara. Así que estoy aquí hoy porque Dios me guardó…”.
Los periodistas presentes ovacionaron la interpretación que se volvió viral rápidamente. El evangelista Franklin Graham publicó en Facebook: "La ganadora de la medalla de oro olímpica Yemisi Ogunleye asombra a la prensa con una hermosa canción sobre cómo Jesucristo la ha mantenido. Ella canta, "Estoy viva hoy gracias a Su gracia. ¡Gracias por no avergonzarse de Su nombre Yemisi!”.
Días antes de su última participación Yesimi había publicado en su cuenta de Instagram: “Dios es bueno y siempre está a tiempo” y líneas más abajo citó a 2 Timoteo 1:7 como el “versículo de la competencia”.
La alemana no fue la única. También la estadounidense Sydney McLaughlin-Levrone quien ganó su segunda medalla de oro olímpica consecutiva en los 400 metros con vallas, estableciendo un nuevo récord con 50,37 bajando así su propio récord mundial. Ella aseguró: "Qué honor, bendición y privilegio. Nunca quiero dar estos momentos por sentados. En una semana donde mi fe fue probada, mi paz vaciló, y el peso del mundo comenzó a descender, Dios fue más allá de la gracia”.
La atleta estadounidense añadió: “Siempre es difícil prepararse para un momento que puedes o no volver. En mi mente lo que se repitió eran las palabras 'Confía en Jesús'. No sabía cuál sería el resultado, pero sí sabía que Él era quien yo quería que me guiara a través del viaje. ¡Qué viaje tan increíble fue!”. La deportista publicó estas palabras acompañadas de una serie de fotos entre las que se encuentra una donde se ve un celular con un versículo bíblico que cita a 2 Timoteo 4:7.
La corredora señaló en su perfil de X que está “descansando en la gracia de Jesús”, mientras que en Instagram confesó que “Jesús es el Señor”..
"En una semana donde mi fe fue probada, mi paz vaciló, y el peso del mundo comenzó a descender, Dios fue más allá de la gracia" - Sydney McLaughlin-Levrone
La publicación de McLaughlin-Levrone en redes sociales además sostiene que “nunca deja de sorprenderme lo poderoso que es [Dios] para ayudar a aquellos que confían en él a superar las batallas. Su Palabra es suficiente, sus promesas son verdaderas, y toda la gloria le pertenece a Él. Al final del día está MUCHO más allá del oro. Una vez más, estoy inmensamente agradecida de haber tenido la oportunidad de representar a mi país en el escenario más grande del mundo. Qué bendición. ¡La gloria, Señor, no es para nosotros; no es para nosotros, sino para tu nombre, por causa de tu amor y tu verdad! Salmo 115:1”.
La deportista confesó que cada vez que pisa una pista de atletismo ella ora diciendo: “Dios, déjame ser el vaso en el que seas glorificado” y admitió que “le doy gracias a Dios por todo lo que hago. Él me ha dado un regalo, me ha dado la fuerza para querer seguir mejorando y tengo una plataforma y quiero usarla para glorificarlo”.
Otra ganadora del oro en la gran final de los 400 metros planos, fue la dominicana Marileidy Paulino quien también manifestó su fe de manera contundente. “El poder de Dios es grande”, indicó en sus redes. Ya en Tokio 2021 había mostrado su fe al alzarse con dos medallas de plata. La joven que entonces tenía 24 años alzó la bandera dominicana en su mano derecha, mientras que con la izquierda mantenía en alto su Biblia y una de sus zapatillas donde escribió “Dios es mi esperanza, amén”.
Aquella velocista que comenzó corriendo descalza hace solo ocho años, ya se define más por sus logros que por lo que no tenía: es campeona olímpica y lo logró batiendo el récord olímpico. "Empecé corriendo descalza, luego en medias, luego en tenis, luego con zapatillas prestadas... al final me pude comprar unas, y por ahí siguió la historia", contó Paulino a la web oficial de los Juegos Olímpicos.
“Le doy gracias a Dios porque todo salió como lo planeamos. Gracias a la República Dominicana por este gran recibimiento, no solo a mí sino también a los boxeadores”, dijo Marileidy al regresar a su país y ser recibida como una verdadera campeona olímpica que es.