El despliegue de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos Paris 2024 era un show mundialmente esperado, y la afrenta a la historia, la fe y cultura cristiana también. En un marco de ideología progresista del activismo LGTBiQ+ más cruento, billones de personas en todo el mundo fuimos testigo de la aberración más grande jamás vista de manera masiva hasta ahora.
El evento que se llevó a cabo a lo largo del Río Sena y otros puntos neurálgicos de la capital francesa duró unas cuatro horas y contó con la participación de unas 3.000 personas en escena que representaron la historia del país galo. En un circuito de seis kilómetros, el desfile comenzó en el puente de Austerlitz y avanzó hacia el oeste del río pasando por importantes monumentos como Notre-Dame y el Louvre, y culminó en la plaza del Trocadero frente a la Torre Eiffel. La parte inicial de la ceremonia osciló entre vídeos grabados y tomas en directo de la ciudad. Diferentes postas mostraban una historia de la llamada Ciudad de la Luz, que mostró tener esa luz muy apagada y ser en realidad una ciudad oscura.
Con una celebración lejos del deporte y un grotesco despliegue al filo de lo pornográfico, de un gusto vulgar y provocativo, se quiso mostrar “inclusión”, “sororidad” y cuanto vocablo progresista que se le pueda ocurrir al lector, dejando de lado los cuidados hacia la niñez y la inocencia, al punto de hacer un cuasi culto a la pederastía, incluyendo a una menor de edad entre hombres y mujeres en paños menores.
La escena de la última cena representada por personajes vomitivos, inmorales y provocativos. Una mujer extremadamente obesa en el lugar del Señor Jesucristo, se trató de la DJ Barbara Butch, icono LGTBiQ+. con una muestra de perversión grotesca, junto a un “pitufo” cuasidesnudo como plato principal de la mesa. Todo eso fue la centralidad de una ceremonia paupérrima. La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, un verdadero circo que tuvo hasta una mujer barbuda... ¿mujer? Todo esto coronado, en la transmisión televisiva con la palabra "Oscurantismo".
Partes de la historia y la cultura de la ciudad fueron reconocidas durante la ceremonia, incluyendo una actuación de Gojira, grupo de metal local, en la Conciergerie con las ventanas llenas de Marias Antonietas decapitadas iluminadas en rojo, y una pasarela de moda que cruzaba el río. Ah, y sin mencionar a Lady Gaga que realizó un homenaje a la cultura de los cabarets de la ciudad en las orillas del río. No hay que olvidar la interpretación del himno mundial comunista compuesto por John Lennon: “Imagine” que estuvo acompañado por un piano encendido en un escenario flotante en el Sena. Una canción que declara imaginar un mundo sin naciones, en medio de una competencia deportiva donde hay 206 naciones representadas, autónomas y vigentes. Todo lo visto estuvo fuera de lugar.
Fue tan grotesca la ceremonia que no sólo pisotearon la fe de muchas personas alrededor del mundo, sino que hasta izaron la bandera Olímpica al revés. La bandera fue colocada de tal manera que los dos aros que van en la parte inferior, el amarillo y verde, quedaron en la parte superior, y los otros aros el azul, negro y rojo, en la parte inferior.
Menudo contraste con lo que fue la inauguración de la Copa América en los Estados Unidos recientemente celebrada, la cual fue brutalmente criticada porque hubo una oración al Dios de la Creación, el mismo que claramente estuvo ausente y expuesto como una caricatura burda y absurda.
Dice la Biblia en Isaías 5:20 (NVI)
¡Ay de los que llaman a lo malo bueno
y a lo bueno malo,
que tienen las tinieblas por luz
y la luz por tinieblas…