El pasado 19 de agosto, el Pew Research Center publicó un informe que analiza la composición migratoria mundial, en el que se destaca que el grupo de migrantes más grande del mundo es el cristiano. El estudio también señala que los judíos son los más propensos a vivir en diversos lugares del planeta.
La migración creció de forma constante en las últimas décadas. Actualmente, más de 280 millones de personas, lo que equivale al 3,6% de la población mundial, son migrantes internacionales, es decir, viven fuera de su país de origen. Según el nuevo análisis del Pew Research Center, basado en datos de las Naciones Unidas y 270 censos y encuestas, los cristianos representaban un 47% de todas las personas que vivían fuera de su país de nacimiento en 2020, el último año para el que se dispone de cifras globales. A modo de comparación, los cristianos constituyen aproximadamente el 30% de la población mundial.
Este informe se centra en las poblaciones más que en los flujos de migrantes. Se cuentan a todos los adultos y niños que ahora viven fuera de sus países de nacimiento, sin importar cuándo se fueran. En ese sentido el informe asegura que los musulmanes constituyen el 29% de la población migrante pero el 25% de la población mundial. Y las personas sin religión constituyen un porcentaje menor de migrantes (13%) que de la población mundial (23%).
La migración internacional responde a diversas razones, como la búsqueda de trabajo, la educación o la reunificación familiar. Sin embargo, la religión y la migración están a menudo estrechamente conectadas. Muchos migrantes se trasladan para escapar de la persecución religiosa o para vivir entre personas con creencias similares. Estos movimientos contribuyen a cambios graduales en la composición religiosa de los países de destino. En algunos casos, los migrantes abandonan o cambian su religión en función de su experiencia en el nuevo país. La afluencia de inmigrantes que profesan alguna fe puede tener un impacto significativo en la composición religiosa de los países receptores. En el caso de Estados Unidos, "los inmigrantes están frenando la secularización", según Stephanie Kramer, investigadora del estudio.
El informe de Pew Research Center reveló que “las personas migrantes se trasladan con frecuencia a países donde su identidad religiosa ya está representada y prevalece. Por ejemplo, Israel es el principal destino de los judíos, con el 51% de los inmigrantes judíos (1,5 millones) que residen allí, mientras que Arabia Saudita es el principal destino de los musulmanes, con el 13% (10,8 millones) que residen en la zona. Los cristianos y los migrantes religiosos no afiliados tienen los mismos tres principales países de destino: Estados Unidos, Alemania y Rusia”.
El número total de migrantes cristianos creció de 73 millones en 1990 a más de 131 millones en 2020 (hasta el 80%). Los migrantes cristianos aumentaron un poco menos que los migrantes en su conjunto, que crecieron en número un 83% en el mismo período.
La mayoría de los 131 millones de migrantes cristianos del mundo viven en Europa (37%) o América del Norte (30%). Alrededor del 10% se encuentra en la región Asia-Pacífico, seguido de poco más del 9% en las regiones de América Latina-Caribe y África Subsahariana. Sólo el 4% de los migrantes cristianos viven en Oriente Medio y el norte de África. Y aunque la representatividad en Europa es importante, recientemente surgió como lugar a donde dirigir misioneros debido a el descenso de cantidad de personas que profesan la fe cristiana. Lo cual también es una corriente migratoria a tomar en cuenta aunque represente un número de migrantes significativamente menor. Estados Unidos, Alemania y España han visto las mayores subidas de migrantes cristianos.
En España, la población migrante cristiana saltó de menos de 500.000 a casi 4,2 millones en esta época (hasta el 865%). La mayor parte de este crecimiento provino de América Latina y el Caribe, ya que las crisis financieras en Colombia, Ecuador y Venezuela desencadenaron recesiones y provocaron que millones de personas buscaran empleos en otros lugares.
Sin embargo, la fuente más común de migrantes a España en 2020 fue Rumanía, que pasó por años de agitación después de que su gobierno represivo colapsara con la caída de la Unión Soviética, lo que provocó un éxodo de rumanos a países con más estabilidad. El stock de migrantes cristianos rumanos que vivían en España aumentó de 2.000 en 1990 a 550.000 en 2020, lo que supone un aumento de más del 28.000%.
La ola más grande de migrantes provino de Venezuela, que fue el origen de sólo 160.000 migrantes cristianos en 1990 frente a 4,6 millones a partir de 2020, con un aumento de alrededor del 2,800%. Casi todo el crecimiento de la migración fuera de Venezuela se produjo desde 2015, cuando se estimaba que había 550.000 cristianos venezolanos viviendo fuera de su país de nacimiento. Muchos salieron de Venezuela debido al alza de la inflación, la inestabilidad política y la escalada de violencia, y el flujo de venezolanos fuera del país continuó después de 2020 y se estima que aún crezca más con el fraude ocurrido el pasado 28 de julio con las elecciones a la presidencia, donde una vez más el régimen de Nicolás Maduro se perpetúa en el poder.
Los inmigrantes a Estados Unidos son más propensos que la población general a tener una religión. “Estimamos que el 87% de los migrantes a Estados Unidos están afiliados religiosamente, incluyendo el 70% que son cristianos y más de uno de cada diez que son musulmanes (7%), hindú (5%) o budistas (3%). Judíos y personas de otros grupos religiosos constituyen el 2% restante. Sólo el 13% de los migrantes que viven en los EE.UU. no están afiliados religiosamente”, señalan en el informe de Pew Research Center.
En contraste, aproximadamente el 70% de la población estadounidense está afiliada religiosamente a partir de 2020, incluyendo el 64% que es cristiano, el 2% que es judío y alrededor del 1% cada uno que es budista, hindú, musulmán o adepto de otras religiones. Aproximadamente el 30% de la población estadounidense no está afiliada religiosamente, identificando en nuestras encuestas como ateo, agnóstico o nada en particular.