La ética cristiana en el uso de la Inteligencia Artificial

Inteligencia Artificial
"El uso de las IA debe estar fundamentado en un objetivo real, medible y positivo, trabajándose este proceso desde un espíritu que busque sabiduría y resguardo en la Palabra en todo su tiempo de uso". Imagen generada con IA

El uso de las herramientas de tecnología siempre implica un avance y desarrollo para expandir el Evangelio ya que son medios que nos ayudan a masificar el mensaje de una manera creativa, intencional y medible. Nuestra motivación de servir al Señor debe estar acompañada por una actualización constante del tono, contexto, experiencia y formas de consumo que más atraen en el medio que utilizamos.

La Inteligencia Artificial (IA) ha abierto un campo maravilloso para ejercer nuestra capacidad y talento, sea cual sea. La IA puede potenciar aquello que Dios ya puso dentro de nosotros (1 Pedro 4:10) y desde allí, tenemos nuevas y poderosas maneras de edificar el Reino de Dios y su Iglesia. Pero, ¿cuánto tiempo le dedicamos a revisar y examinar lo nuevo?, ¿qué valor y disvalor encontramos en las nuevas tecnologías?, ¿qué resguardos tomamos para emprender caminos de expansión y cercanía?

Las IA requieren de una revisión constante pero mucho más lo necesita nuestra forma de utilizar e implementarlas en el contexto de la fe, la Palabra y el ministerio. Por eso quiero expandir algunas ideas sobre lo que es el uso ético de la IA en la Iglesia.

Biblia, sabiduría y rendición de cuentas

Cualquier tipo de innovación en la Iglesia debe incorporarse desde una perspectiva bíblica cuidadosa y necesitará siempre de una revisión y seguimiento en equipo. El uso de las IA debe estar fundamentado en un objetivo real, medible y positivo, trabajándose este proceso desde un espíritu que busque sabiduría y resguardo en la Palabra en todo su tiempo de uso. Cualquier tipo de tecnología debe impulsar y no contrarrestar el avance del Evangelio, siendo oportuno de manera continua, rendir cuentas a pastores y líderes sobre qué se está haciendo y qué resultados está dando la implementación de las IA y las herramientas tecnológicas en la congregación.

Libre albedrío y transparencia
Las IA tienen la capacidad técnica de tomar decisiones, crear contenidos y ser autónomas en su ejecución creativa, por lo que el uso responsable y transparente es un valor infaltable al momento de interactuar con ellas. El uso supervisado y cuidadoso de sus respuestas, nos ayudará a ser intencionales en tomar mejores decisiones. Como sistema, las IA pueden llegar a trabajar con sesgos y autonomía promoviendo resultados críticos, pero nuestra decisión desde la fe y la Palabra deber ser actuar con discernimiento espiritual y una fuerte base bíblica para cuidar al Cuerpo de Cristo y permitirnos llegar a nuevos lugares creativos con fundamentos serios.

Dignidad Humana

En Génesis 1:27 podemos conocer que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios y aquí yace el primer tema a plantear. El uso de las IA no debe ir en contra de lo creado por Dios. El tratamiento de las tecnologías debe empoderar y no menospreciar a las personas, respetando su valor, identidad y proceso de vida, honrando la dignidad humana, evitando deshumanizar lo que Dios ha hecho. Es necesario cuidar y respetar al ser humano, evitando generar discriminación de cualquier tipo y siempre trabajar en pos del cumplimiento de la voluntad de Dios en cada uno de ellos.

Privacidad y confidencialidad

Es necesario revisar la forma en que utilizamos todas las tecnologías y comprometernos en el cuidado de la información personal de todos los que aportan sus datos en nuestras congregaciones. Las IA nos dan soluciones administrativas de excelencia, agilizando procesos y toma de decisiones, pero la confidencialidad de la información es imperiosa si deseamos hacer un buen uso de las herramientas y salvaguardar la vida e integridad de las personas. Desde nuestras iglesias generamos gran cantidad de información, desde la gestión de números de celular, fotos, videos, documentos personales, etc, y todo eso no puede ser usado para otro fin sino el objetivo por el cuál fue solicitado. Evitemos la exposición y mal uso de lo que llega a nuestras manos y claro está, los resultados que trae la implementación de las IA en la administración de ellos.

Tecnologías como medio

Durante siglos las tecnologías estuvieron al servicio de la fe: la imprenta para imprimir las primeras Biblias, los barcos para hacerlas llegar a lugares lejanos, la radio y la televisión para trascender fronteras, internet, masificando a nivel global la influencia de la Palabra y llegamos a hoy, donde las IA atraviesan los espacios de trabajo, comunicación e interacción entre personas. Todos estos avances fueron criticados, marginados y hasta despreciados por muchos, pero la realidad es que toda tecnología está al servicio de la expansión de la Palabra, siendo un medio clave y trascendente para hacer el ministerio, edificando el Reino y llevando esperanza desde todos los aspectos posibles. Asimismo, toda tecnología necesita de una visión integral, respetuosa y centrada, buscando siempre, usarlas para lograr el fruto de Mateo 28:19-20.

El uso ético de las IA nos convoca a todos, pastores, líderes, voluntarios, creadores de contenidos, para que unidos aprendamos juntos y busquemos objetivos claros, que fortalezcan el Reino de Dios y la Palabra sea conocida en todo lugar.

Colosenses 3:23-24 dice que "Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres": como pastores, líderes y voluntarios, tenemos la responsabilidad de discernir y guiar el uso de las IA en nuestras iglesias de manera ética y bíblica. Si unimos nuestros esfuerzos, podemos aprovechar estas tecnologías para cumplir con el mandato de Mateo 28:19-20 y hacer discípulos en todas las naciones, edificando una Iglesia relevante y conectada al mundo actual.

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