El domingo, el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, y el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, murieron en un accidente de helicóptero tras regresar de la ceremonia de inauguración de una presa en la frontera con Azerbaiyán, en medio de una densa niebla. Aunque era la segunda figura de mayor rango en la política iraní después del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, es poco probable que la muerte de Raisi provoque cambios significativos a nivel nacional o internacional, según los analistas.
“El presidente Raisi no era la persona más poderosa de Irán, ni el presidente más poderoso de la historia iraní. En general, se le consideraba uno de los más débiles”, comentó Lyse Doucet, de la BBC, señalando la baja participación sin precedentes en las elecciones de 2021, en medio de la represión de los rivales de Raisi.
“Era un clérigo de rango medio, un conservador destacado, partidario de la línea dura que mostraba una lealtad incondicional al líder supremo, el ayatolá Jamenei, que es la máxima autoridad en la República Islámica de Irán”, añadió.
Al igual que Raisi, el presidente interino Mohammad Mokhber, quien anteriormente ocupó el cargo de vicepresidente, es considerado cercano al Líder Supremo y comparte la misma ideología. Mokhber “facilitará la elección de un nuevo presidente en un plazo máximo de 50 días”, según un anuncio hecho por Jamenei.
Se espera ampliamente que el próximo presidente siga la misma dirección política bajo el mandato de Jamenei, a pesar del descontento generalizado con el gobierno entre una gran parte de la población. En marzo, millones de iraníes boicotearon la votación parlamentaria, lo que puso de manifiesto la gravedad de la crisis de legitimidad de la clase dirigente iraní.
Actitud social y atmósfera espiritual cambiante pese a la opresión
Hogar de una población diversa de unos 84 millones de personas, Irán ha aparecido a menudo en los titulares internacionales como una fuerza políticamente desestabilizadora en la región que alimenta a sus apoderados y aliados en los países vecinos con armas y apoyo financiero, mientras reprime la disidencia en casa.
Sin embargo, las presiones económicas, el cambio de actitud de la generación más joven y los recientes acontecimientos que han provocado protestas públicas contra el gobierno han provocado un cambio en la atmósfera de la sociedad. El más notable fue la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, a manos de la policía de moralidad iraní, que la detuvo porque supuestamente no llevaba correctamente el hiyab. Siguieron protestas masivas en todo el país, pero fueron reprimidas violentamente por el gobierno de Raisi.
En una entrevista reciente con Christian Daily International, Lily Meschi, de Iran Alive Ministries, señaló que se están produciendo cambios espirituales por debajo de los cambios culturales visibles, ya que es testigo de cómo muchos iraníes -la mayoría de ellos mujeres- están llegando a la fe. Y ello a pesar de que Irán es uno de los países del mundo donde los cristianos sufren mayor persecución.
“Las mujeres están oprimidas en Irán por muchas leyes que van en su contra. La desigualdad, los salarios, las leyes familiares: todo está establecido en contra de las mujeres. Son tratadas como ciudadanas de segunda clase, ya que Irán es una sociedad dominada por los hombres”, explica Meschi.
“Están cansadas de estar sometidas a todas las normas, a la regla islámica y a la dominación masculina, y se han vuelto más valientes y audaces, como la generación más joven de hoy en día”, afirma.
Tras años de opresión y estrictas normas islámicas que restringen muchos aspectos de la vida pública y privada, la gente se ha cansado del statu quo y anhela un cambio.
“Especialmente las nuevas generaciones, la Generación Z en particular, están defendiendo sus derechos, exigiendo libertad, algo que sus padres y abuelos no pudieron hacer frente a este gobierno. Y ahora están dispuestos a jugarse la vida por su libertad”, comentó Meschi.
“Las mujeres han estado oprimidas y bajo presión durante mucho tiempo. Cuando se dan cuenta de su identidad en Cristo como hijas del Dios Altísimo que les ha concedido su gracia, su misericordia y su favor y las ha elegido, las ha bendecido, las ha aceptado, se encienden por Cristo”, afirmó.
Publicado originalmente en Christian Daily International.