
En colaboración entre las Sociedades Bíblicas Unidas y la consultora Gallup, se publicó un estudio internacional que analiza cómo factores culturales, religiosos, políticos y económicos influyen en la manera en que las personas interactúan con la Biblia en todo el mundo.
El documento, denominado “Informe Tipológico de Patmos”, examina 85 países y territorios agrupados en siete categorías misionales o “clusters”, que reflejan distintos niveles de acceso, confianza y compromiso con las Escrituras. El análisis complementa los resultados del Estudio Mundial de Actitudes en Relación a la Biblia de Patmos, realizado en abril de este año con más de 91.000 participantes, considerado el estudio más amplio de su tipo.
Según el informe, la mayoría de las personas del planeta cree en Dios o en un poder superior, y en cinco de los siete grupos globales la religión sigue siendo un aspecto relevante en la vida cotidiana. Sin embargo, el acceso a la Biblia, la lectura frecuente y la aplicación práctica de sus enseñanzas varían ampliamente entre regiones.
“Un compromiso real con la Biblia requiere entender el contexto en que vivimos”, afirmó Rich Powney, gerente de investigación de la Sociedad Bíblica. “Este estudio nos ayuda a comprender cómo adaptar el mensaje para que transforme vidas reales”.
Realidades diversas, un mismo desafío
El estudio clasifica los países en siete grupos que trascienden las fronteras geográficas e idiomáticas:
Cluster 1: países con minorías cristianas pequeñas pero firmes, en contextos mayoritariamente musulmanes y con limitaciones económicas, como Pakistán, Chad o Afganistán. Solo el 3 % posee una Biblia, aunque el 94 % considera importante la fe en su vida diaria.
Cluster 2: regiones donde el cristianismo es mayoritario pero su influencia decrece, como Albania, Hungría o Portugal. Solo el 9 % lee la Biblia semanalmente y el 12 % asiste a la iglesia.
Cluster 3: contextos de mayoría musulmana económicamente desarrollados, como Arabia Saudita, Líbano o Egipto. Apenas el 2 % posee una Biblia, aunque el 85 % declara que la religión es parte de su día a día.
Cluster 4: abarca gran parte de América Latina, incluidos Chile, Brasil, Colombia y México, junto con Filipinas. Aunque el secularismo avanza, el entusiasmo por la Biblia sigue siendo alto: 74 % tiene una Biblia y 37 % la usa semanalmente. El informe recomienda conectar las Escrituras con problemáticas actuales como la desigualdad, la juventud y la identidad cultural.
Cluster 5: sociedades seculares de alto desarrollo, como Estados Unidos, Francia o Alemania. Si bien el 57 % posee una Biblia, solo el 24 % la lee con frecuencia. Se sugiere usar recursos creativos como el arte, la narrativa y los medios digitales.
Cluster 6: países asiáticos como India, Japón o Tailandia, donde predomina la diversidad religiosa. Solo el 7 % posee una Biblia y el 74 % no tiene conocimiento alguno sobre ella.
Cluster 7: África Subsahariana, donde el cristianismo es fuerte y dinámico. Más de la mitad de la población lee la Biblia semanalmente, aunque la desigualdad social representa un obstáculo.
El documento advierte que el acceso a las Escrituras no basta por sí solo. El reto actual consiste en profundizar en la comprensión, la vivencia y la enseñanza bíblica.
América Latina: fe viva, pero en riesgo de secularización
En el caso latinoamericano, el informe subraya que, pese a la vitalidad del cristianismo, la cultura secular y las tensiones sociales están afectando la práctica espiritual. Las iglesias siguen teniendo un papel decisivo en la formación de valores, pero requieren nuevos enfoques pedagógicos y comunitarios.
“El desafío es mantener a la Biblia como una guía vigente para las nuevas generaciones, en medio de una cultura saturada de información y relativismo”, señalaron los analistas del estudio.
Una herramienta para la misión global
El Informe Tipológico de Patmos concluye que comprender las diferencias culturales y espirituales de cada contexto es clave para que la Palabra de Dios siga transformando vidas.
“La posibilidad de acceder a la Biblia es un paso vital, pero no el final”, afirma el texto. “Nuestra esperanza es que este estudio inspire a las iglesias y agencias misioneras a innovar, colaborar y orar con una visión renovada, para que todos los pueblos del mundo encuentren en las Escrituras una fuente de vida y propósito”.





