En un contexto de tensiones políticas y religiosas, la vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo, ha destacado la inclusión de la iglesia evangélica por parte del gobierno de su esposo, Daniel Ortega, a pesar de las acusaciones de represión y cierre de iglesias.
Según un artículo de 100% Noticias, Murillo recomendó la lectura de un texto que alaba la relación entre Ortega y la iglesia evangélica, sin mencionar a los pastores encarcelados recientemente, ni las más de 300 organizaciones religiosas despojadas de su personería jurídica.
Edwin Sánchez, autor del artículo titulado “El desprecio heráldico a la Iglesia Evangélica” en El 19 Digital, afirma que “Ningún Jefe de Estado se dignó, antes del Comandante Ortega, a tomar en cuenta a la Iglesia Evangélica” y que fue un hito histórico cuando Ortega "ingresó a una cruzada evangélica y compartió con pastores el estrado".
Sin embargo, esta narrativa contrasta con los informes de violaciones a la libertad de culto y la condena de misioneros evangélicos a prisión.
La situación de la iglesia evangélica en Nicaragua es compleja, con un gobierno que por un lado busca presentarse como inclusivo y por otro, es acusado de cometer actos que contradicen esa imagen.
Las citas de Murillo y Sánchez reflejan la dualidad de un gobierno que busca legitimarse a través de la religión mientras enfrenta críticas por sus acciones contra la misma.