En Guatemala, más de la mitad de la población vive en condiciones de pobreza, según los recientes datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) 2023, publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta alarmante realidad revela que el 56% de los guatemaltecos no alcanza a cubrir el costo mínimo para satisfacer sus necesidades alimentarias, lo que refleja un estancamiento económico profundo y la perpetuación de desigualdades históricas en el país.
El informe subraya que las zonas rurales y las comunidades indígenas son las más afectadas, con índices de pobreza que superan el 70%.
Esta situación se ha visto exacerbada por la pandemia de COVID-19, la inflación, y la falta de acceso a servicios básicos como educación, salud, y agua potable. La pobreza no solo se traduce en carencias materiales, sino también en una disminución de la calidad de vida y en una mayor vulnerabilidad ante desastres naturales y crisis económicas.
Frente a este panorama desolador, líderes cristianos han alzado la voz, llamando a la acción tanto a las autoridades como a la sociedad civil.
El pastor evangélico Juvenal Prado, reconocido por su labor social en comunidades rurales, expresó: "la pobreza en Guatemala no es solo un problema económico, sino un desafío moral y espiritual. Como cristianos, tenemos el deber de tender la mano a nuestros hermanos necesitados y trabajar juntos por una sociedad más justa y equitativa".
Las iglesias evangélicas en Guatemala han jugado un rol crucial en la asistencia a las comunidades más vulnerables, proporcionando alimentos, medicinas, y educación en valores cristianos, con el fin de aliviar el sufrimiento y promover un cambio social desde la base.
Sin embargo, la solución a la pobreza no puede depender únicamente de la caridad. Es necesario un esfuerzo conjunto entre el gobierno, las organizaciones no gubernamentales, y la comunidad internacional para implementar políticas públicas efectivas que impulsen el desarrollo económico inclusivo, mejoren la infraestructura y garanticen el acceso a servicios básicos para todos los guatemaltecos.
La situación de pobreza en Guatemala recuerda la importancia de la compasión y la acción solidaria. Como afirma el pastor Prado, "no podemos cerrar los ojos ante el sufrimiento de nuestros hermanos; es nuestra responsabilidad cristiana buscar el bienestar común y trabajar por un futuro mejor para todos".