En nuestra vida diaria, es fácil olvidar los momentos difíciles que hemos atravesado y cómo Dios nos ha sostenido. Situaciones de traición, acusaciones, murmuraciones, crisis financieras, conflictos familiares o problemas de salud pueden nublar nuestra visión y hacernos pensar que estamos solos. Sin embargo, al igual que una fotografía nos trae recuerdos del pasado, la Biblia nos llama a recordar las obras de Dios en nuestras vidas.
Las redes sociales, como Facebook, nos recuerdan eventos de hace 10 o 15 años con imágenes o publicaciones que en su momento fueron significativas. A veces, al ver esas fotos, recordamos lo que enfrentamos y nos damos cuenta de que, aunque no fue perfecto, dimos todo por fe en medio de la batalla. Nos animamos al ver que sobrevivimos y seguimos adelante.
El apóstol Pablo, en Hebreos 10:32-36, nos da una enseñanza profunda sobre la memoria espiritual:
“Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos. Por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante. Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos. No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.”
Aquí, Pablo nos da una cátedra de perseverancia y fe. La palabra clave es “iluminados” (φωτίζω, photízō), que significa traer luz, hacer visible. En el mundo de la fotografía, la luz es esencial: los rayos entran por el lente, son agrupados y capturados por el sensor para formar una imagen. En la vida espiritual, Dios también nos ilumina en los momentos de mayor oscuridad.
Recordar lo que Dios ha hecho
Pablo nos dice: “Traigan a la memoria”. Es como si nos pidiera revisar nuestro álbum espiritual, nuestras “fotografías de fe”, esos momentos en que Dios nos libró, nos sanó, nos sostuvo cuando todo parecía perdido. ¿Cuántas veces olvidamos las victorias pasadas? ¿Cuántas veces el miedo presente nos hace dudar de un Dios que ya ha demostrado Su fidelidad?
Dios quiere que saquemos nuestras fotografías espirituales y recordemos:
1. Las veces que Él nos sostuvo cuando pensamos que todo estaba perdido.
2. Las respuestas a oraciones que en su momento parecían imposibles.
3. Las puertas que se abrieron cuando no había salida.
4. Las sanidades y restauraciones que ocurrieron cuando ya no había esperanza.
Una Fe Basada en la Memoria de Dios
La ciencia nos dice que la fotografía no solo captura imágenes, sino que también nos ayuda a recordar emociones y momentos. La memoria es clave para nuestra identidad. De la misma manera, recordar lo que Dios ha hecho fortalece nuestra identidad en Cristo y nos llena de esperanza para el futuro.
Así que, cuando sientas que no hay salida, saca una fotografía espiritual. Recuerda que, si Dios lo hizo antes, lo hará otra vez. No pierdas la confianza, porque tiene grande galardón.
Como dice Hebreos 10:36:
“Porque os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.”
Confía en Él, porque el que comenzó la buena obra en ti la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús (Filipenses 1:6). ¡Sigue adelante y no olvides las fotografías de Su fidelidad en tu vida!
