La cárcel de Najayo es un complejo penitenciario en la provincia de San Cristóbal, República Dominicana. Hasta allí se trasladaron Andrés Palau y su esposa Wendy para llevar un mensaje de esperanza a personas privadas de su libertad, en el marco del Festival Palau Santo Domingo 2025, que se celebra este 14 y 15 de marzo en el Faro a Colón de la capital dominicana.
Al llegar, el equipo se dividió en dos grupos: uno acompañó a la conferencista Wendy Palau al pabellón de mujeres, mientras que el otro, junto a Andrés Palau, visitó la cárcel de hombres. Ambos fueron recibidos por las autoridades penitenciarias y el cuerpo directivo del centro, además del equipo de capellanía que trabaja en el lugar.
En el patio posterior, se encontraron con la grata sorpresa de que alrededor de mil reclusos esperaban el comienzo de la actividad. Sin embargo, debido a inclemencias climáticas, la reunión tuvo que trasladarse al comedor central, donde aproximadamente 650 hombres participaron del evento. Allí, disfrutaron de la música de Germán Barceló, quien logró identificarse con ellos, compartiendo canciones cargadas de un mensaje de libertad espiritual.
Por su parte, Wendy se reunió con alrededor de cuatrocientas reclusas que esperaban ansiosas su llegada. Ella compartió su testimonio y un mensaje enfocado en la importancia de ser mujeres de esperanza. La lluvia tenue hizo que se acercaran bajo una tienda especialmente preparada, lo que generó un ambiente más íntimo. Muchas de ellas, por primera vez, comprendieron que son valiosas ante los ojos amorosos de Dios.
"La experiencia de hablar con estas personas que están privadas de su libertad es un momento muy especial. Sabemos que están sólos, en su dolor, en su encierro y les traemos un mesaje de libertad espiritual, un mensaje que transforma vidas", señaló Wendy Palau a Diario Cristiano.
Mientras tanto, Andrés reflexionó con los internos sobre la verdadera libertad que solo puede encontrarse en Jesús. El evangelista compartió parte de su testimonio personal y finalizó su conferencia con un llamado ferviente a cada recluso para entregar su vida a Cristo.
Al finalizar con el pabellón de hombres, Andrés y parte del equipo fue conducido a hablar con otro grupo de casi cien hombres, donde también compartió el mensaje de esperanza. Luego del evento, los internos disfrutaron de un almuerzo especial preparado por la Asociación Palau.
El impacto espiritual fue evidente en sus rostros, donde lágrimas de arrepentimiento, dolor y tristeza dieron paso a expresiones de esperanza y sonrisas renovadas. Muchos recibieron abrazos, consuelo y participaron en momentos de oración y ministración personal.
El momento de la oración fue particularmente conmovedor. Tanto en el grupo de hombres como en el de mujeres, la mayoría de los presentes estaban profundamente concentrados en lo que ocurría. Al finalizar, casi la totalidad de los reclusos decidieron entregar su vida a Jesús.
En total, el Evangelio fue compartido con más de mil personas, quienes también recibieron como obsequio un libro de Andrés o Wendy y un Nuevo Testamento. Además, Wendy tuvo la oportunidad de orar por las guardias carcelarias, bendecir sus vidas y familias, y entregarles un libro junto con una porción de la Biblia.
