Medios nicaragüenses en el exilio informan que el obispo Carlos Enrique Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal Nicaragüense fue desterrado a Guatemala. Es el tercer obispo que expulsa la dictadura de Daniel Ortega en un año.
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Según publicó en su cuenta de X el periodista Miguel Mendoza, “el obispo de Jinotega, monseñor Carlos Enrique Herrera, ha sido desterrado de Nicaragua. Primero cerraron la página de Facebook de la diócesis y luego lo expulsaron de su propio país, y todo porque calificó de sacrilego al alcalde sandinista Leónidas Centeno, por irrespetar la santa misa, al mandar a poner altos parlantes con música y bailes, lo que no permitió escuchar el oficio religioso el pasado domingo”.
La mencionada red social era utilizada por la diócesis para transmitir en directo las misas dominicales, los Jueves Eucarísticos y otros eventos religiosos, principalmente los que eran presididos por monseñor Herrera. El régimen ha prohibido procesiones y festividades religiosas, afectando gravemente la libertad de culto en todo el país.
Durante la misa vespertina del pasado domingo 10 de noviembre en la catedral San Juan Bautista, el obispo expresó su descontento con los constantes eventos ruidosos organizados por la municipalidad que interrumpen las celebraciones litúrgicas.
“Esto es un sacrilegio lo que están haciendo el alcalde y todas las autoridades municipales… le pedimos perdón a Dios por ellos y por nosotros”, declaró el obispo de Jinotega, responsabilizando directamente al alcalde orteguista Leónidas Centeno y a otras autoridades municipales.
El sacerdote fue capturado por la policía tras salir de una reunión en Managua con lo que queda de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y fue extraditado a Guatemala. Allí permanece en una residencia de la Orden de Frailes Menores, a la que pertenece, confirmó una fuente eclesiástica a Mosaico CSI.
De esta manera Herrera se convierte en el tercer obispo de la Conferencia Episcopal en ser desterrado por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en lo que se percibe como una intensificación de la persecución contra la Iglesia Católica en el país.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha denunciado la creciente persecución religiosa en Nicaragua, señalando al régimen de Daniel Ortega por hostigar a la Iglesia católica y evangélica y a familias de activistas. En un informe reciente, la ONU detalló el encarcelamiento de sacerdotes y el cierre de medios de comunicación religiosos, en lo que describen como una "estrategia de represión sistemática".
Las violaciones a la libertad religiosa en Nicaragua no solamente se limitan a los ataques contra la Iglesia católica. El pasado mes de septiembre el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo canceló la personería jurídica de la Alianza Evangélica Nicaragüense aludiendo “incumplimiento en los reportes financieros”.
En agosto, el gobierno nicaragüense revocó el estatus legal de más de 1.600 entidades entre las afectadas, se encuentran decenas de iglesias evangélicas y asociaciones cristianas sin fines de lucro.