
Cada año la Navidad parece llegar más rápido, como un tren que irrumpe en la estación antes de que hayamos empacado nuestras maletas. Nos apresuramos, compramos, navegamos sin rumbo y luego suspiramos: "¿De verdad me encontré con Cristo esta Navidad?"
Por eso tenemos el Adviento. El Adviento es el susurro suave, pero insistente de la iglesia: Haz una pausa. Prepárate. Presta atención.
No es una cuenta regresiva aburrida; es un llamado de atención divino, un recordatorio de que Alguien viene. El Adviento es la manera en que Dios dice: "No te precipites hacia el pesebre, prepara tu corazón para el Rey."
1. El Adviento es preparación para el Rey que viene
La palabra "Adviento" significa "venida". Mira hacia Belén, donde Jesús vino como un bebé, y hacia el día en que regresará como Rey. Nos prepara espiritual y emocionalmente para recibir a Cristo nuevamente. Juan el Bautista clamó: "Preparen el camino del Señor, háganle sendas derechas" (Marcos 1:3 NVI). El Adviento es ese llamado. Despeja el desorden y afina el corazón y el alma antes de que comience el canto navideño.
Toda gran celebración requiere preparación. No organizarías una boda sin planificar; ¿cuánto más deberíamos prepararnos para la llegada del Esposo, Jesús? El Adviento no es una cuenta regresiva, es una convocatoria.
2. El Adviento es protección para el corazón de la Navidad
Seamos honestos, la Navidad puede perder a Cristo fácilmente. La supuesta "temporada festiva" arrasa a través de diciembre hasta que caemos exhaustos preguntándonos qué acaba de pasar.
El Adviento permanece de guardia en la puerta de diciembre. Disminuye el ritmo y centra el corazón. Nos recuerda que el regalo más grande no está debajo del árbol, sino que es Aquel que colgó en el árbol.
Pablo escribió: "No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente." (Romanos 12:2 NVI). El Adviento nos renueva para que la Navidad no solo suceda a nuestro alrededor, sino que suceda dentro de nosotros.
El mundo decora para la Navidad; los discípulos se preparan para Cristo. No solo decores tu casa, dedica tu corazón.
3. El Adviento es proclamación: el gran anuncio del cielo
En cada centro comercial hay un sinfín de anuncios sobre ventas o estacionamiento. Pero un anuncio a menudo pasa desapercibido: "Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor." (Lucas 2:11 NVI).
El Adviento es el altavoz del cielo que dice: "¡Escuchen, el Rey viene!" Nos recuerda que el bebé en el pesebre no nació simplemente para traer paz, sino para cargar una cruz, y que vendrá de nuevo.
El Adviento declara tanto consuelo como desafío:
Consuélense: él vino.
Siéntanse desafiados: él viene de nuevo.
La primera venida fue en humildad; la próxima será en majestad.
La primera fue en misericordia; la próxima será en gloria.
La primera fue para salvar; la próxima será para reinar.
El pesebre tiene sentido solo cuando recordamos el trono.
4. El Adviento es invitación: el cielo llama a tu puerta
El Adviento no se trata solo de la venida de Cristo entonces o pronto, se trata de su venida ahora. Jesús dijo: "Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo." (Apocalipsis 3:20 NVI).
El Adviento es ese llamado, la invitación personal de Dios. Esta es la temporada para volver a casa, no solo con la familia, sino con el Padre.
No lo ignores por estar demasiado ocupado preparándote para él.
No llenes tu agenda y vacíes tu alma.
No te limites a envolver regalos, recibe su presencia.
Despierta el asombro
El Adviento frena nuestros corazones apresurados y reaviva nuestro asombro: el asombro de Dios entrando en piel humana, la luz del cielo atravesando la oscuridad de la tierra.
Mientras se encienden velas y se cantan villancicos, respira y cree: Cristo ha venido, Cristo está aquí y Cristo vendrá de nuevo.
El Adviento dice que vino una vez para salvarnos; viene de nuevo para reclamarnos.
Una oración
Señor Jesucristo, mientras espero este Adviento, despierta mi alma a tu asombro. Prepárame para tu venida, limpia mis pensamientos y calma mi corazón. Protégeme del ajetreo que entierra tu luz. Proclama tu verdad a través de mí a un mundo que se ha olvidado de escuchar.
Y cuando llames, que yo pueda abrir la puerta de par en par y darte la bienvenida. Ven a mí, haz brillar tu luz a través de mí y ven de nuevo en gloria. Amén.
Publicado originalmente por Philo Trust. Republicado con permiso.
J. John es evangelista, ministro, conferencista, locutor y escritor. Lleva cuatro décadas dedicado al ministerio. Ha dado charlas en pueblos, ciudades y universidades de 69 países, y en 1982 fundó Philo Trust para organizar sus diversas actividades evangelísticas. El podcast semanal de J. John, The J. John Podcast, incluye una serie de entrevistas con cristianos de todos los ámbitos de la vida y charlas de J. John. Haga clic aquí para escucharlo. Los libros de J. John se pueden pedir a través de jjohn.com o en otras librerías en línea o físicas.
Philo Trust fue fundada por J. John en 1982 con el objetivo de organizar eventos y proyectos evangelísticos, equipar a los cristianos para que compartan su fe de manera natural, formar a evangelistas y producir libros y recursos para ayudar a las personas en su camino de fe.





