Según el diario especializado The Economist, “Dios recibe reseñas dispares en Amazon”. Esto se debe a que los clientes de esta plataforma han demostrado tener opiniones muy distintas con respecto a la Biblia. Para algunos su “lectura [es] lenta y aburrida”. Mientras otros aseguran: "La he leído muchas veces y cada vez veo que la palabra de Dios la practican muy pocos.... calidad muy buena”.
Los primeros escritos de la Biblia datan del Siglo VI a. C., pero no fue hasta la creación de la imprenta en 1453 cuando se logró masificar su producción, esto generó mayor facilidad para adquirir un ejemplar. En las últimas décadas, no sólo se hizo más conocida y accesible, sino que también proliferan más versiones en diferentes idiomas y hasta ejemplares de paráfrasis que son muy populares. La venta de Bíblias lidera el mercado del libro en todo el mundo, ¡Amazon los sabe, y The Economist se hace eco de ello!
Aunque los comentarios sobre los ejemplares de la Palabra de Dios pueden ser hasta risueños, la Biblia genera todo tipo de percepciones. "No es para llevar a todos lados por el peso que tiene y lo grande que es, pero está genial, además de traer dibujos/ilustraciones dentro", elogia un cliente de Amazon.
"Otro problema es que no se pone las medidas de las Biblias y si tiene o no concordancia, muy poco detalles de los productos bíblicos y otro problema es que no hay teléfono de información, para preguntar cuando tiene dudas de algún producto", detallan en Amazon.
También están los que dejan un largo escrito testimonial: “Excelente biblia, tamaño, calidad y precio. Tiene todo lo necesario, letra grande, calidad de papel, index para búsqueda rápida, palabras del Señor Jesucristo en rojo, referencias al pie de la hoja, compacta muy fácil de llevar, imitación piel con diseño muy bonito, lo que mas me gusto las fotos de Tierra Santa y sus recomendaciones. Definitivamente recomiendo mucho que la compren para un regalo o uso personal”, señaló un usuario que no escatimó en palabras para elogiarla. Aunque también están los escuetos que señalan su conformidad con sólo dos palabras: “Demasiado buena”.
Otra reseña se queja: "La trama no es coherente". Un tercer lector descontento sostiene que hay “demasiados personajes” y que el protagonista principal está un poco engreído.
Hasta están los que fueron detallistas y prometen informar más: “Esta Biblia es hermosa y tal como se describe. He recibido muchos cumplidos.
•DISEÑO: azul como se muestra en la imagen y el material exterior es grueso. El diseño floral es muy bonito. Los lados de las páginas son plateados y brillantes, lo cual me encanta.
•PÁGINAS: son finas y delicadas pero no gran cosa. Si te iluminas, te recomiendo los iluminadores en gel. Solo sé delicado con las páginas. Jaja. Tiene un separador de páginas, si así se llama. Jaja.
•FUENTE: enorme. No estoy seguro de por qué la gente dice que la fuente es pequeña cuando la FUENTE ES REALMENTE GRANDE. Tengo una comparación y contraste de mi Biblia actual (derecha) y esta Biblia (izquierda) y puedes ver la diferencia.
•ESTRUCTURA: fuente en rojo para Jesús como se describe. Algunos de los capítulos no están separados. Algunos simplemente continúan en las mismas páginas, lo cual no está mal y no me importa. Pero si lo haces, tenlo en cuenta.
Una de las cosas que más me gusta de esta biblia es que nos anima a apoyar a Israel. Deberíamos y debemos orar por Israel y nuestros hermanos y hermanas judíos. Estamos unidos por UNA FE y UN DIOS, no por la cultura, las costumbres y la religión.
Te mantendré informado.”
Aunque The Economist no se detiene en revisar cada una de las recomendaciones o comentarios acerca del ejemplar que cada usuario compró en la plataforma digital, si repara en señalar que la campaña de mercadeo funciona y produce ventas todo el tiempo. “Dios recibe reseñas mixtas en Amazon. Esto quizás resulte sorprendente. Su campaña de marketing (ahora en su tercer milenio) ha sido sólida. Sus lemas (“¡Dios es grande!”) son positivos. Y, de hecho, muchos compradores se muestran entusiasmados”, señaló.
Según este medio, “los caminos romanos permitieron que la plaga de Justiniano se extendiera por Europa con una rapidez nunca antes vista y permitieron que el Cristianismo también lo hiciera”. Y con el cristianismo la Biblia, por supuesto.
“Es difícil encontrar datos concretos sobre la economía del Todopoderoso. Un estudio encontró que en 2016 las organizaciones religiosas estadounidenses (organizaciones sin fines de lucro con una inclinación religiosa) obtuvieron ingresos de 378 mil millones de dólares. Esto fue más que los ingresos de Apple y Microsoft juntos”, aseguró el autor del artículo sin ruborizarse.
En su análisis The Economist sostiene que “Una respuesta obvia a todo este análisis religioso es: ¿a quién le importa? Es 2024, no 1524. Dios, como dijo Friedrich Nietzsche, está muerto. Pero un juicio tan radical está fuera de lugar y está mal. Occidente puede ser menos cristiano, pero el resto del mundo no lo es. Entre 1900 y 2020, la proporción de africanos que son cristianos aumentó de menos del 9% a casi la mitad; la proporción que son musulmanes aumentó de alrededor de un tercio a más del 40%”. Lo que sin duda el diario que habla de economía no tomó en cuenta es el crecimiento del cristianismo en Latinoamérica (Lea La fe evangélica florece en un entorno secularizado en América Latina).
Aunque haya mucho movimiento anti Dios, y anti cristiano, todavía y de manera mayoritaria los latinos creen en Dios y en la Biblia como su palabra sagrada. Ah... ¡y Dios NO está muerto!